Archivo - Imagen de recurso de latas de refresco | BERNIE_PHOTO/ ISTOCK - Archivo

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Más Madrid ha reclamado a la Comunidad que restrinja la venta de bebidas energéticas a menores de edad ante el «aumento» de su consumo y los efectos negativos que pueden tener a la salud.

Para ello, ha registrado una Proposición No de Ley (PNL) para instar al Ejecutivo a que, además de limitar su venta, también regule su contenido, establezca requisitos específicos de etiquetado y restrinja su publicidad.

«Ya ha habido comunidades, como puede ser Galicia, que están intentando poner freno a estas bebidas energéticas porque no solo no dan alas, sino lo que traen son, bueno, pues ansiedad y trastornos de salud», argumentaba la portavoz del Grupo, Mónica García, este viernes en los pasillos de la Asamblea.

Más Madrid ha apuntado que según la última encuesta sobre el uso de sustancias en estudiantes de secundaria en España (ESTUDES), el 45% de los estudiantes adolescentes ha consumido al menos una lata de estas bebidas en el último mes.

Dada la alta concentración de cafeína en estos productos, su consumo puede tener efectos perjudiciales en el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central.

El Comité Científico de la AESAN advierte sobre los riesgos potenciales para la salud asociados con la ingesta de productos en envases de 300 a 500 mililitros que actualmente se comercializan. Además, el consumo excesivo de bebidas energéticas se ha relacionado con la inactividad física, el aumento del tiempo de pantalla y un nivel socioeconómico bajo.

Además de su alto contenido de cafeína, estas bebidas contienen cantidades significativas de azúcar que superan las recomendaciones diarias de la OMS para una dieta equilibrada. Una lata de bebida energética de 250 mililitros con 11 gramos de azúcar por cada 100 mililitros equivale a aproximadamente 5 cucharadas cafeteras de azúcar, y una lata de 500 mililitros aporta el equivalente a 11-12 cucharadas cafeteras. Esto se suma a la ingesta de azúcares simples a lo largo del día a través de otros alimentos, lo que aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2 en los menores.