El director del Museo de Zaragoza, Isidro Aguilera, y el director general de Cultura, Pedro Olloqui, en el Museo de Zaragoza. | Europa Press

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El Museo de Zaragoza se ha cerrado este jueves al público, de manera parcial, para iniciar unas obras que comenzarán a finales de 2023 y se prolongarán durante dos años. Contemplan una reforma integral de la tercera planta, con mejoras en accesibilidad e iluminación, así como la renovación de la cubierta, aunque con carácter previo es necesario inventariar y catalogar la colección.

El director del Museo de Zaragoza, Isidro Aguilera, ha indicado, en declaraciones a los medios de comunicación, que los ciudadanos han manifestado su «preocupación» por el cierre del espacio, que es «para bien», destacando la «avalancha de gente» en los últimos días, lo que demuestra, en su opinión, «el aprecio del ciudadano».

Ha detallado que la tercera y última planta se va a derribar por completo, de manera que el suelo de la misma será el techo de la segunda planta. Este hecho hace que las pinturas deban trasladarse a otros emplazamientos que ha preferido no desvelar todavía, «porque no podemos arriesgarlas si se presenta un invierno crudo o una primavera muy lluviosa».

Por su parte, el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui, ha recordado que el Museo de Zaragoza es un espacio «muy querido por los aragoneses» y un centro «de enorme vitalidad, como todos los museos de la comunidad».

Ha insistido en que el cierre de las instalaciones representa «una oportunidad para mejorar nuestras infraestructuras museísticas». Además, ha garantizado que habrá «plena colaboración» con el Ministerio, pero también con «máxima exigencia en el cumplimiento de los plazos previstos» para los trabajos.

En concreto, la duración prevista de la actuación es de 18 meses, pero el cierre se prolongará durante dos años, dado que es necesario realizar trabajos previos para la conservación de la colección del museo mientras duren las obras, y también será necesario un tiempo posterior para reacomodar las obras, revisar el discurso expositivo y montar la exposición.

Inventariar y catalogar

El primer paso es inventariar y catalogar la colección del Museo de Zaragoza, una tarea que comienza de manera inminente, según ha confirmado Aguilera, puesto que es el paso previo al inicio de las obras propiamente dichas, que contarán con una inversión de 3,6 millones de euros.

El Ministerio de Cultura es el encargado de financiar la actuación, puesto que el Museo de Zaragoza es de titularidad estatal, aunque de gestión autonómica, lo que significa que el procedimiento a seguir para proteger las piezas expuestas es fruto del consenso entre instituciones.

«Cerrar al público es la mejor solución para no poner en peligro a los posibles visitantes ni a las obras de arte. Sabemos que es mucho tiempo, pero es necesario para dar solución a las carencias milenarias», ha comentado el director del Museo de Zaragoza, quien ha apostillado que uno de los propósitos es actualizar las instalaciones, cuya última intervención se remonta a 1974.

En definitiva, ha continuado, «reformar conforme a la manera de construir actual», habilitando rampas, incluyendo ventanas y con una climatización más eficiente.

Una de las intervenciones más relevantes será en la biblioteca del Museo de Zaragoza, «una joya desconocida» y que está en unas condiciones «muy apuradas». Por tanto, se trata de «dignificar» espacios a los que pueden acceder todos los ciudadanos y así «ampliar y revivificar» la vida del centro.

Más visibilidad

El director general de Cultura ha agregado también que las obras en el Museo de Zaragoza son una oportunidad para que «gocen de más visibilidad si cabe el resto de museos de la comunidad», como el Museo de Huesca, del que ha elogiado su «enorme trabajo» para dar a conocer su espectacular colección de arte que ayuda a comprender la historia de Aragón; o el IAACC Pablo Serrano, el museo de arte contemporáneo, en el que «pasan multitud de cosas todos los días y con el que intensificaremos el diálogo».

«Estamos trabajando en varios escenarios que permitan mejorar, más aún si cabe, la presentación y visbilidad de la colección Goya del Gobierno de Aragón», en el marco también de los actos del bicentenario del fallecimiento del pintor, para los que ya se está trabajando en un plan director.

«Queremos trabajar con la máxima seguridad jurídica y con la máxima coordinación con los actores que tienen que intervenir, porque es una de las colecciones más valiosas de Goya que existen en el mundo», ha manifestado el director general.

Olloqui ha aseverado que se trabaja para, de cara a 2028, «ser capaces de hacer una celebración tan importante como fue, al menos, la del primer centenario, en 1928», porque «Goya es lo que es porque era de aquí, porque nació en Zaragoza, porque tenía los rasgos fundamentales de nuestra cultura en su forma de expresarse. De otra manera, hubiera sido distinto».

Otros espacios

Los otros espacios expositivos del Museo de Zaragoza que seguirán abiertos a los visitantes son el Museo de Cerámica y el Museo Etnológico, ambos en el Parque Grande José Antonio Labordeta; y el Museo de la Colonia Celsa, en Velilla de Ebro. Todos ellos contarán con una programación de actividades ampliada. Se organizarán actividades online y de manera presencial «lo antes posible».

Con respecto a lo que supondrá la reforma, Isidro Aguilera, ha explicado que «innovará el mensaje histórico y patrimonial», al tiempo que se convierte en un museo «más moderno y seguro».

Una parte de la plantilla, que está integrada por 42 personas, se reubicará y así será posible reforzar la vigilancia en los restantes espacios del Museo de Zaragoza; mientras que otros trabajadores continuarán su actividad en la planta baja, porque su ubicación actual --la tercera planta-- se derribará.