Archivo - Humedal de Doñana en una imagen de archivo. | Eduardo Briones - Europa Press - Archivo

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La organización ecologista WWF ha llevado a cabo una evaluación del informe sobre situación cuantitativa y evolución de niveles en el acuífero Almonte-Marismas del año hidrológico 2022-2023 en Doñana (Huelva), elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), puesto que el Parque Nacional entra en un «escenario desconocido», ya que el informe señala que es el periodo de esta duración (doce años) más seco desde 1970".

El informe, al que ha tenido acceso Europa Press, señala que la precipitación del año hidrológico 2022/23 fue de 323 mm. --Octubre 2022 - Septiembre 2023--, por lo que se trata de un año seco, «con solo un 62% de la media». Además, de que el año hidrológico 2022/23 «prolonga un año más el periodo seco en la zona: El último año húmedo en Doñana fue el 2010/2011, con 742 mm» y por tanto, es «el periodo de esta duración (doce años) más seco desde 1970».

Al respecto, este es el aspecto «más relevante» del informe para WWF, tal y como ha explicado a Europa Press su portavoz en Doñana, Juanjo Carmona, esta situación «nos hace entrar en un escenario desconocido hasta ahora», ya que «nunca ha habido un periodo tan largo sin un año húmedo».

«Por tanto, estamos en una situación que no habíamos visto, ya que sí que ha habido otras sequías, pero no tan largas. Por ello, hay que empezar a pensar que estamos en un nuevo modelo, un escenario distinto que va a exigir valentía y urgencias, cualidades que las administraciones no están teniendo», ha valorado.

Al respecto, ha reiterado que «puede ser que el año que viene llueva mucho», pero «el escenario actual es que han pasado doce años secos», a ello le suma la temperatura media del año pasado «ha sido la más alta desde 1978», concretamente «dos grados más de media».

«Por ello, si se suma los datos de las temperaturas con la cifra de precipitaciones, por mucha que se quiere inflar la burbuja, el resultado es que estamos en un escenario distinto. Por ello, discursos como el de la Junta que se está escuchando estos días no van con la realidad», ha aseverado.

Estado del acuífero

Por otro lado, Carmona ha lamentado que la situación de los acuíferos «vuelve a empeorar» porque aunque haya llovido «no ha repercutido en él» y, de hecho, «ha empeorado por encima de la pluviometría» es decir, que «se está extrayendo más recursos», algo que es «inaceptable».

«Hace falta que la Confederación ponga encima de la mesa ya un plan de extracción serio y riguroso. Porque estamos en el colapso. Ahora mismo se saca mucho más agua que la que se va reponiendo en este corto plazo. Lo cual te está llevando a que estés agotando totalmente la reserva. Y esto va a tener consecuencias, lógicamente, y ya la estamos viendo también en el largo plazo», ha enfatizado.

Al respecto, ha detallado que en comparación con los datos del pasado año «no hay ninguno sistema analizado que mejore», es más, «uno de ellos pasa de alerta a alarma, con lo cual hay tres en prealerta, tres en alerta y diez en alarma», en concusión «peor que nunca».

«El análisis de la tendencia a largo plazo te demuestra, en este caso, que el acuífero está empeorando de forma progresiva y no revierte su situación. Su tendencia a largo plazo es negativa. Y las cifras demuestran que se extrae más agua de la que se repone por las lluvias. Pero además empieza a haber sospechas de episodios de salinización en algunas partes del acuífero. Todos los sectores, quitando el 2 y el 14 de los 16, tienen una tendencia negativa a largo plazo», ha apuntado.

Algo que ha destacado que «resulta además especialmente preocupante en el sector de las lagunas, que es una zona de máximo nivel ambiental y que este año, por segunda vez en la historia, se seca».

«Eso no es baladí, es un escenario desconocido hasta ahora y que podrá tener consecuencias muy graves sobre Doñana. La administración conoce las acciones que tiene que poner en marcha, las tiene en el plan hidrológico, muchas de ellas repetidas desde hace dos planes hidrológicos. Hay medidas que se conocen desde el informe Hollis, que WWF hizo en los años 90, que ya decía que Matalascañas era un problema para las lagunas y que había que traer agua desde otro sitio», ha destacado.

A este respecto, ha lamentado que, «30 años después, esa medida no se ha declarado de emergencia por el Estado y esa es la principal irresponsabilidad ahora mismo de las administraciones, que no le están dando la suficiente urgencia de emergencia a las medidas que hacen falta en Doñana», toda vez que ha afirmado que «lo que no cabe es proponer cambios de nuevo, como está haciendo el presidente de la Junta de Andalucía, ahora en vez de por Ley por Decreto, de un plan de las fresas que ya estaba limitado al agua que se suponía que había y como vemos, incluso podemos llegar a tener más problemas».

Por ello, ha insistido en pedir a las administraciones que pongan en marcha medidas «con carácter urgente», que «las declaren de interés general» y «las ejecuten ya». «No podemos decir que este año no se pueden cerrar pozos, no podemos permitir que el agua de Matalascaña vuelva a dejar por tercer año consecutivo secas las lagunas. Conocemos los problemas, tenemos el diagnóstico, pongamos las medidas en marcha ya».

Conclusiones del informe

El informe señala, como conclusiones, que la tendencia que marcan los piezómetros --que miden las aguas subterráneas-- tiene «una evolución desfavorable», todo ello «a pesar de que las extracciones han disminuido en 10,5 hm3 desde 2015 --6,8 hm3 tras la compra Los Mimbrales y 3,7 hm3 tras la sustitución por aguas superficiales en la zona de Arroyo de Don Gil--, que han mejorado la situación en las zonas en las que se han aplicado, a pesar del ciclo seco».

Según indica la CHG, este análisis sectorializado "permite afirmar que el actual grado y modo de explotación de los recursos subterráneos en zonas del acuífero detrítico compromete su buen estado y el de los ecosistemas terrestres dependientes, lo que se evidencia en que tres de las cinco masas integrantes del sistema acuífero no alcanzan el buen
estado cuantitativo«, lo que »obliga a la administración hidráulica a tomar una serie de medidas para asegurar el no deterioro, así como a realizar todas las acciones posibles para revertir este mal estado con vistas al horizonte de 2027".

Asimismo, considera «también urgente» que «por parte de la autoridad competente se tomen medidas para mantener los niveles de nitratos dentro de los niveles marcados por la normativa».