La fotógrafa Pilar Aymerich evoca la Barcelona de los años 60, 70 y 80 del siglo XX en el libro de memorias visual 'La Barcelona de Pilar Aymerich', que reúne casi 250 fotografías contextualizadas por escritos que firma ella misma: «Teníamos la esperanza o la inocencia de que todavía podíamos cambiar el mundo».
Así ha recordado esa época en una entrevista con Europa Press con motivo de la publicación de 'La Barcelona de Pilar Aymerich', editado por Comanegra y el Ayuntamiento de Barcelona coincidiendo con su 80 aniversario, en el que ha reunido fotografías que para ella «representaban esa época».
Aymerich (Barcelona, 1943) ha recordado que la Barcelona de ese entonces «era una ciudad con efervescencia, revolucionaria» donde estaba todo por hacer y con muchos derechos aún por conquistar después del franquismo.
Sin embargo, ha considerado que actualmente en las grandes ciudades esta efervescencia es «más 'light» y hay cierto desencanto, un fenómeno que ha atribuido a olas que van y vienen a lo largo de la historia, en las que la sociedad se revela y reclama mejoras, y confía en que volverán.
"fotógrafa las 24 horas del día"
Preguntada por cómo le gustaría ser recordada, ha confesado que le gustaría que fuera como alguien que «fue fotógrafa las 24 horas del día, que tenía claro que veía la realidad con ojos de mujer y que había intentado transmitir esa mirada a las personas, a las generaciones que venían después».
Se ha definido como una fotógrafa absolutamente urbana que, desde dentro del movimiento feminista, buscaba en ese momento plasmar «la resurgimiento de las mujeres, el salir de casa para intentar arreglar un mundo que no estaba bien», regido por unas leyes que ha tachado de imperante y absurdas.
Preservar leyes "que tanto han costado de conseguir"
«Por eso es tan importante preservar estas leyes que tanto han costado tanto de conseguir y que hay países en los que ahora están retrocediendo», ha alertado Aymerich.
Ha advertido de que actualmente existe «un machismo encubierto, que es algo endémico en la sociedad» y que el Estado no protege a las mujeres, y ha destacado la importancia de la educación como parte de la solución, preguntándose si se hace suficiente para educar a los hombres.
El libro reúne desde retratos hasta manifestaciones
Aymerich, que ha destacado que «la fotografía aporta mucho a la historia de un país», ha explicado que el libro permitirá descubrir un gran porcentaje de fotografías inéditas y que se estructura en secciones, como la dedicada a la movilización y resistencia obrera y otra a manifestaciones feministas, con un reportaje sobre la cotidianidad en la prisión de la Trinitat.
La fotógrafa dedica una sección a retratos a figuras destacadas como Montserrat Roig, Maria Aurèlia Capmany, Mercè Rodoreda, Marta Pessarrodona, Manolo Vázquez Montalbán, Joan Fuster, Josep Pla, Joan Brossa, Antoni Tàpies y Pere Calders, entre muchos otros, y ha confesado le quedó pendiente de retratar a Salvador Espriu, que siempre se le «escapaba».
El oficio de fotógrafa y proyectos pendientes
Sobre el oficio, la ganadora del Premio Nacional de Fotografía 2021 y de la Creu de Sant Jordi de la Generalitat en 2005 ha defendido que «una fotógrafa tiene la obligación de estar informada, de tener mucha cultura», y ha constatado que la fotografía siempre es subjetiva, porque cada fotógrafo traslada su propia realidad.
Ha asegurado que le quedan aún varios proyectos por hacer, entre ellos uno más intimista, centrado en qué le sucede a las mujeres de sus edad, sus aspiraciones y lo que tienen por contar: «Porque la vida no se acaba a los 80 años: al revés, puede reavivar mucho más tu manera de ver el mundo».
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