Así lo ha declarado Barrera, en una entrevista concedida a Europa Press, al ser preguntado por los planes de su departamento en instituciones como el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y el Centre del Carme Cultura Contemporània de València, tras el cese de su director-gerente, José Luis Pérez Pont, y por las críticas lanzadas desde diversas entidades culturales a esta decisión.
En este caso, ha mencionado, como ya hizo la secretaria autonómica Paula Añó cuando se produjo la destitución de Pérez Pont, que «era pública» una sentencia por un delito leve de daños imprudentes en el patrimonio por aprobar la intervención con grafitis del dúo de artistas PichiAvo en las paredes del claustro renacentista del CCCC, así como incidencias en informes de la Sindicatura de Cuentas o la Intervención.
«No queremos ser responsables de unas posibles irresponsabilidades que puedan acabar en una falta administrativa o, incluso, una falta más allá», ha aseverado Barrera, que ha apostillado que en el resto de organismos «hasta donde hemos podido indagar se está haciendo administrativamente todo conforme a la ley». «En eso nosotros estamos satisfechos y agradecemos a las personas que están al frente», ha dicho.
Además, ha recalcado que era «imprescindible» cambiar el modelo de director-gerente y repartir esos dos cargos en personas diferentes porque «tiene que haber una 'parte mala' en el sector público instrumental, un gerente que controla al director». «El director no puede proyectar algo que valga 10 y que él mismo se autorice a que valga 10, pero finalmente se va a los 12», ha ejemplificado.
Asimismo, ha abogado por una acción «más preocupada por la calidad que por la cantidad» porque «si tú haces un concierto en el CCCC donde lo que se vende es música y cerveza, pues los números te salen muy bonitos».
Sobre el concurso público para encontrar nuevo responsable, ha enfatizado la voluntad de que «sea conocido por todo el mundo». «Lo vamos a publicitar mucho, cosa que quizás en otras etapas no se hizo».
Museo bellas artes
También se ha referido a otro museo de la capital valenciana, el de Bellas Artes, sobre el que ha asegurado que se va a trabajar para dotarlo de más autonomía y que pueda gestionar sus propios recursos. En este sentido, ha dicho que se estudia el marco jurídico, que es «complejo».
En esta pinacoteca --«de una importancia vital para la ciudad de València y para la Comunidad», ha insistido-- se van a emprender iniciativas para mejorar su funcionamiento --en la iluminación y con audioguías-- y para darlo a conocer «al nivel que debería ser», ya que se trata de «la segunda pinacoteca de España, que debe ser un pulmón para atraer a muchísima gente». Sobre el director de la institución, Pablo González Tornel, ha señalado que «está gestionando bien y es una persona muy comprometida en el proyecto».
Por otra parte, y preguntado por cómo se toma el calificativo de «censor» con el que le han definido grupos de la oposición, ha contestado que «no frío ni caliente», aunque ha apuntado que esa política «progre, de los diplomas, de las camisetas y las pancartitas» no va con él.
«Esto es muy curioso: cuando ellos llegan y cambian las políticas, como es lógico y es normal, se abre la democracia y el pueblo ha hablado. Pero cuando tú llegas y cambias, como no puede ser de otra manera, las políticas, porque así también lo ha decidido el pueblo soberano, pues entonces eres un censor. Esta es la calidad democrática que tiene la izquierda valenciana», ha afeado.
Sobre esta cuestión, ha mantenido que «con el dinero de todos no debemos ni tan siquiera defender solo nuestra trinchera, debemos dar libertad y defender a todo el mundo». «Lo que se paga con el dinero de todos no puede servir para que en el período que te toca a ti intentes colonizar pensamientos y adoctrinar en pro de tu pensamiento».
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