La impresión reproduce el castillo-fortaleza del siglo X, asentado sobre un cerro de laderas escarpadas. En la imagen, resaltan la torre del Homenaje, la sala capitular y refectorio, el templo --Iglesia de San Nicolás--, la torre de Jaime I, que alberga las cárceles de la Encomienda, y la imagen del Sagrado Corazón.
Esta construcción, de origen árabe --siglo X-- y de estilo románico, pasa a manos cristianas en 1089 al ser conquistada por Sancho Ramírez. Fue cedida en 1143 a la orden de los templarios a finales del siglo XI por los reyes de Aragón.
Tras la batalla de Muret en 1213 que supuso la muerte del Rey Pedro II de Aragón, su hijo el que sería rey Jaime I, que había quedado huérfano a sus 5 años de edad, fue puesto bajo la custodia de los caballeros templarios por bula del papa Inocencio III que lo llevaron al Castillo de Monzón.
La fortaleza custodió durante años la Tizona, la famosa espada del Cid Campeador, quién casó a su hija con uno de los señores de Monzón, Ramiro Sánchez.
La fortificación siguió manteniendo guarniciones hasta el siglo XIX, lo que provocó la lógica evolución en sus murallas y defensas. Su aspecto exterior definitivo es del siglo XVIII. Durante la Guerra de la Independencia fue tomado por las tropas francesas del mariscal Suchet y liberado el 15 de febrero de 1814 por el Ejército español. Fue utilizado como cuartel de artillería.
Se restauró en varias ocasiones durante el siglo XX. Entre 1984 y 1989, el Gobierno de Aragón, acometió una serie de reformas tanto en las fachadas exteriores como en el interior de la sala de los Caballeros, y posteriormente, en 1997, se llevó a cabo el proyecto para la sujección del las laderas del cerro del castillo, la restauración del murallón, de las torres de la cárcel y de las dependencias templarias.
Restauración
Las útimas obras se realizaron en 2017 debido a las fuertes tormentas del mes de marzo, que provocaron que un foso del Castillo se desmoronara.
Las obras de restauración de la fachada, de las cubiertas de la capilla de San Nicolás y reparación de la fábrica del foso, duraron seis meses, supervisadas y costeadas por el Instituto del Patrimonio Cultural de España. Se trata de una edificación declarada monumento nacional en 1941, de gran importancia histórica, ya que fue sede de la principal encomienda templaria de la Corona de Aragón y en 2003 el Gobierno de Aragón lo declaró Bien de Interés Cultural.
La utilización del matasellos turístico de Monzón abre otra vía de conocimiento de la localidad a través de la red postal en cualquier lugar del mundo. Esta difusión se produce, especialmente, a través de las colecciones de los filatélicos que reúnen y exponen estas imágenes.
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