El presidente vasco, que asumió la dirección del Gobierno Vasco en 2012 y no concurrirá a la reelección en los comicios vascos de 2024, ha trasladado este domingo, como es habitual cada 31 de diciembre, a la población vasca su mensaje de fin de año, en esta ocasión por última vez antes de dejar el cargo.
Urkullu ha reconocido que el mensaje de este año «no es uno más» para él, al ser «el último», y ha subrayado que «servir a la sociedad vasca es el honor más grande» que, personalmente, «jamás habría podido imaginar».
El lehendakari ha destacado que, desde que juró por primera vez como lehendakari en 2012, «Euskadi ha cambiado y se ha transformado», según ha valorado, «gracias al esfuerzo de todas y todos». «Nuestra sociedad ha avanzado y ha dado pasos decisivos hacia el futuro», ha señalado el lehendakari, destacando los acometidos en los ámbitos de empleo, convivencia, cohesión y autogobierno.
Así, ha recordado que, en 2012 Euskadi tenía un paro superior al 16%, mientras que en la actualidad es inferior al 8%, lo que considera «un gran logro colectivo que debemos a las personas emprendedoras, autónomas, empresas, cooperativas, economía social, trabajadores y trabajadoras; personas que invierten, innovan y abren nuevos mercados».
También ha aludido al hecho de que en 2012 «compartíamos el reto anhelado de la paz y la convivencia, dejar atrás décadas de violencia y terrorismo, lograr la desaparición definitiva de ETA, avanzar en una memoria crítica, en la cultura del respeto, la paz y la convivencia» y ha remarcado que «queda la herida de las víctimas, a quienes recordamos cada día».
Igualmente, en un año en que se conmemora el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha recordado a «las víctimas inocentes fallecidas en Ucrania, Israel, Gaza o en tantos lugares en los que se dan conflictos violentos o vulneración de derechos humanos».
En este contexto, ha expresado su «más profunda preocupación» por «la falta de capacidad» de la Unión Europea ante «los conflictos armados internacionales», así como por «el endurecimiento de las políticas migratorias».
En materia de cohesión social, ha incidido en «la capacidad de superar situaciones adversas y adaptarse al cambio, preservando la igualdad de oportunidades».
Según ha recordado, desde 2012, se han registrado crisis sucesivas «profundas y de impacto global» y la crisis financiera de 2008, la pandemia de covid, las distintas guerras, la crisis de combustibles y de suministros, la inflación, la subida de los tipos de interés o el mayor coste de la vida constituyen «el contexto real de estos años».
Un contexto que, según ha valorado, «Euskadi ha sabido afrontar». «Hemos tenido la capacidad de adaptarnos y superar esta carrera de obstáculos. Lo hemos hecho sumando fuerzas, trabajando juntas, juntos...», ha señalado.
Así, ha asegurado que «hoy Euskadi está en pie, más cohesionada y preparada para hacer frente a los retos de futuro que seguro serán igual de complicados...».
El lehendakari ha incidido en que «esta respuesta ha sido posible gracias a nuestros propios recursos y capacidades, al autogobierno» y ha advertido de que «ni está garantizado, ni ha tocado techo». Por ello, ha apelado a «defenderlo y protegerlo» y también «ampliarlo y reforzarlo».
En palabras de Iñigo Urkullu, «es nuestro bien común. Es la llave de nuestro bienestar. El autogobierno vasco fue, es y debe seguir siendo, un gran logro compartido».
Como cualquier hogar
El presidente vasco ha reconocido, en este último mensaje tras tres legislaturas al frente del Gobierno de Euskadi, que en estos años se ha «avanzado con aciertos y, sin duda, también con errores» y ha señalado que el Ejecutivo es «como cualquier hogar».
Según ha indicado, es «la casa que hemos construido entre todas y todos que trata de gestionar nuestros recursos de la mejor manera posible», en la que, «como cualquier familia, debe priorizar y ahorrar para poder invertir» con el objetivo de «garantizar el bien común».
Así, Urkullu ha defendido la gestión «basada en el rigor, en la seriedad, en la máxima responsabilidad», según ha subrayado, «sin hipotecar el futuro de nadie, sin castillos en el aire, sin prometer imposibles, siempre con los pies en el suelo».
Mirando «al presente y, también, al futuro», el lehendakari ha advertido de que el próximo 2024 va a ser «un año de transición fundamental para situar Euskadi entre los países más desarrollados del mundo».
«Contamos con recursos para reforzar los servicios públicos, garantizar el sistema vasco de protección social, afianzar nuestro desarrollo económico y el empleo. Contamos con el modelo de desarrollo humano sostenible para responder a los retos de futuro», ha señalado.
Entre ellos, ha citado la transición tecnológica y digital con «desafíos» como la inteligencia artificial, transición energética y medioambiental para dar respuesta al cambio climático; «reforzar los servicios públicos esenciales» como salud, educación, protección social o vivienda; responder al reto demográfico, apoyar la emancipación de la juventud, «proteger a quien más lo necesita» y «no dejar a nadie atrás»; y avanzar en igualdad y «atajar, de una vez por todas, la lacra de la violencia machista y el menosprecio a la dignidad de las personas».
Urkullu ha terminado su mensaje «con las mismas palabras de confianza, compromiso y esperanza» de su primer mensaje en 2012. «Comienza un nuevo año. Comienza un nuevo tiempo. Trabajaremos para que sea mejor para todas y todos. Este es nuestro compromiso», ha concluido.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.