Una madre y sus dos hijos, uno de ellos menor de edad, han sido detenidos en el municipio gaditano de San Fernando al desarticular este clan familiar dedicado a realizar estafas a través de Internet, cuyo valor defraudado supera los 250.000 euros. La mujer ha sido enviada a prisión provisional por la autoridad judicial competente.
La investigación se inició hace aproximadamente un año cuando se tuvo conocimiento de la existencia de un clan familiar que se dedicaba a vender tarjetas de telefonía a diferentes organizaciones delictivas con sede en esta localidad y en los alrededores, ha explicado la Policía Nacional en un comunicado.
A partir de dicha información, se iniciaron diversas gestiones encaminadas a descubrir el entramado delictivo así como el modus operandi concreto empleado por la organización criminal. Así se supo que se aprovechaban de la falta de diligencia de algunas operadoras de telefonía para obtener de manera masiva tarjetas sim a nombre de terceras personas, de las cuáles habían obtenido previamente sus datos personales mediante engaños. Una vez tenían estas tarjetas en su poder, las distribuían entre diferentes organizaciones de delincuentes.
De esta manera, se constituían en lo que en el argot policial es conocido como 'crimen as service', o lo que viene a ser lo mismo, se configuraban como un elemento necesario e imprescindible para que posteriores organizaciones delictivas pudieran perpetrar su acción criminal con la impunidad que les otorgaba el hecho de que las herramientas empleadas para la comisión de los hechos figuraban a nombre de terceras personas.
Durante la investigación se supo que esta red que actuaba como suministradora de las tarjetas tenía sus raíces en un domicilio de San Fernando. En concreto, estaba formada por una madre y sus dos hijos, uno de los cuáles resultó ser menor de edad. Ella era la ideóloga del plan y empleaba a sus hijos como brazos ejecutores de las instrucciones impartidas por la mujer.
Los hijos, ante la autoridad moral ejercida por su progenitora, contactaban con los potenciales compradores de tarjetas y llevaban a cabo la distribución y el cobro de las mismas.
El grupo de delitos tecnológicos de la comisaría de San Fernando constató que los investigados habían obtenido y distribuido al menos 186 tarjetas entre otros delincuentes, con las cuáles se habría estafado por un valor superior a los 250.000 euros.
En el registro del domicilio de los sospechosos se intervinieron numerosos teléfonos móviles, así como una importante cantidad de contratos y de tarjetas de telefonía a nombre de otras personas preparadas para la distribución a otras redes delictivas.
Los agentes detuvieron a los tres implicados, que fueron puestos a disposición del juzgado de primera instancia e instrucción número dos de San Fernando. Dicho juzgado decretó el ingreso en prisión preventiva de la madre por su presunta participación en delitos de estafa, falsedad documental, blanqueo de capitales y pertenencia a organización delictiva.
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