El Consejo de Gobierno ha aprobado el proyecto de ley por el que se grava el impacto sobre el medio ambiente de las instalaciones eólicas y fotovoltaicas y se modifica el impuesto medioambiental sobre las instalaciones de transporte de energía eléctrica de alta tensión.
El proyecto de ley, cuyo trámite se inició a finales de la pasada legislatura, se aprueba dentro de los plazos anunciados por el Gobierno de Aragón. Su entrada en vigor será a lo largo del primer semestre de 2024.
La naturaleza de estos dos impuestos se basa en los impactos medioambientales generados por las instalaciones fotovoltaicas y eólicas. Lo que pretende la normativa es proteger, conservar y mejorar el medio ambiente.
El proyecto de ley, que tras su aprobación inicia el trámite parlamentario, contempla bonificaciones y exenciones del 99% para aquellos proyectos que generan riqueza e impulso económico, por ejemplo, el proyecto del Nudo Mudéjar que se desarrolla en la provincia de Teruel.
También tendrán la misma exención aquellos desarrollos empresariales que lleven aparejadas medidas para fijar la población en el territorio aragonés, para la creación de empleo y para beneficiar a los municipios donde se instalen. Con el mismo objetivo de desarrollo del territorio, un porcentaje de los ingresos se destinará a medidas de lucha contra la despoblación.
Asimismo, se crea un fondo medioambiental para la reinversión en el territorio del 50%. Por lo que respecta a las instalaciones eólicas, se gravará una parte variable en función de la altura del aerogenerador y una parte fija, en función de la potencia de la instalación. En fotovoltaica, se gravará en función de la superficie de la instalación.
Con la aprobación del proyecto de ley, Aragón se suma a las comunidades de Galicia, Castilla-León, Cantabria y Castilla-La Mancha, donde también hay impuestos a las renovables.
Afección ambiental
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el consejero de Hacienda, Roberto Bermúdez de Castro, ha señalado que este impuesto grava la afección ambiental de los parques fotovoltáicos, los molinos de viento y las líneas de muy alta tensión, puntualizando que está bonificado al cien por cien el primer año de actividad y al 50 por cien el segundo año.
Ha comentado que el impacto ambiental de estas instalaciones es «muy fuerte» en el territorio y que el coste del gravamen es «muy poco» para «las grandes empresas» que las gestionan.
Ha explicado que, en el caso de las instalaciones eólicas, la base imponible es la altura del molino hasta su coronación y la suma de la potencia de cada molino, con el objetivo de impulsar los molinos de gran altura, menos dañinos para las aves. En el caso de las huertas solares, «pagan mucho menos los parques pequeños» que los grandes. Además, todos los proyectos empresariales que, mediante los Planes de Interés General (PIGA) «lleven unidos empleo y riqueza» tendrán una bonificación del 95 por ciento de la cuota, como es el caso del Nudo Mudéjar de Andorra (Teruel) o las instalaciones energéticas de Microsoft.
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