(I-D) El Vicepresidente Y Doctor, Antonio Llombart; El Presidente De Contra El Cáncer Valencia, Tomás Trenor; La Trabajadora Social De La Asociación Española Contra El Cáncer Laura Mora Y El Testimonio De Samantha Camps, Superviviente De Cáncer | Europa Press

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La Asociación Española Contra el Cáncer Valencia alerta de que uno de cada cuatro valencianos con cáncer pierde su trabajo o se ve obligado a dejarlo a lo largo de la enfermedad. Esta cifra supone el 28,4% de los 12.049 nuevos casos de cáncer en la Comunidad Valenciana que se encuentran en edad laboral, es decir, que tienen entre 18 y 64 años.

Así lo evidencian los últimos datos recabados por el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) que ha presentado este jueves con motivo del Día Mundial contra el Cáncer que se celebra el próximo 4 de febrero. El acto ha contado con la presencia del presidente de Contra el Cáncer Valencia, Tomás Trenor, y el vicepresidente y doctor, Antonio Llombart; la trabajadora social de la Asociación Española Contra el Cáncer Laura Mora y el testimonio de Samantha Camps, superviviente de cáncer.

De este modo, Contra el Cáncer Valencia advierte de que un total de 3.241 valencianos con cáncer pierden el empleo o lo dejan a causa de la enfermedad cada año, lo que supone un 28,4% de los 12.049 nuevos casos de cáncer en la Comunitat que se encuentran en edad laboral.

Trenor ha destacado que, desde la Asociación, se pretende poner el foco en el impacto laboral que tiene el cáncer en los pacientes y supervivientes de la enfermedad, lo cual considera «una necesidad no resuelta».

En este sentido, el presidente de la Asociación ha señalado que «tener cáncer aumenta el riesgo de desempleo en un 34% frente a la población general» y que, aunque «cada vez más» hay más supervivientes, estos también sufren las consecuencias de haber desarrollado la patología, «no solo en su salud, también en su estado físico, emocional, laboral y económico».

Por su parte, el doctor Llombart ha apuntado que la Comunitat Valenciana suma, anualmente, 31.928 casos de cáncer. El cáncer colorrectal (4.578), de próstata (4.020), de mama (3.808) y de pulmón(3.361) son los más frecuentes y los más mortales.

Un 25% menos de ingreso en las nóminas

«Gracias a los programas de cribado y a los avances en investigación, cada día existe más esperanza frente al cáncer. A medida que aumenta la supervivencia, se evidencian, más todavía, las necesidades no resueltas de las personas afectadas por el cáncer no solo desde la perspectiva sanitaria, sino también desde la perspectiva sociolaboral. Debemos darles respuesta», ha manifestado.

Los datos muestran que la Comunitat es la cuarta autonomía, por detrás de Andalucía, Catalunya y Madrid, con mayor número de pacientes en edad laboral, un total de 12.049 personas que, en la mayoría de los casos, sufren secuelas como dolor, dificultad de concentración, movilidad e incluso cansancio crónico, lo que puede dificultar el desempeño de una jornada laboral completa.

Además, un 22% de los diagnósticos se producen entre trabajadores autónomos y en personas en situación de desempleo se notifican de 2.000 casos.

A este respecto, Laura Mora ha explicado que el impacto laboral también implica reducciones de jornadas en el caso de los cuidadores y, de manera general, en aquellas personas que están trabajando en el momento del diagnóstico.

En este caso, según relata la trabajadora social, se pueden dar diferentes situaciones: que se les reconozca una incapacidad temporal vinculada a una prestación económica, que «puede suponer hasta un 25% menos de los ingresos que la persona venía percibiendo», o que se les reconozca la incapacidad permanente, también vinculada a una prestación económica, que se puede establecer «para su trabajo habitual o para cualquier puesto de trabajo».

Asimismo, Mora asegura que, además de la pérdida de ingresos, para las familias con un miembro con cáncer la enfermedad supone «un gasto adicional entre 150 y 400? mensuales» por la compra de medicamentos que no entran en la seguridad social, la compra de material ortopédico o por el desplazamiento al centro sanitario, lo cual deja a la población con cáncer en una situación de «gran vulnerabilidad».

Falta de adaptación

En este sentido, ha incidido en que una de las principales dificultades a las que se enfrentan durante la enfermedad es la falta de adaptación en los puestos de trabajo que, en muchos casos, que hace que a los pacientes se les reconozca la incapacidad permanente para su puesto habitual y les obliga a tener que «reinventarse» para poder seguir en el mundo laboral.

«Nos encontramos con perfiles que llevan 20 o 30 años trabajando de lo mismo y que tienen que buscar qué mercado laboral elegir o cómo reinverntarse porque la prestación económica que perciben tampoco es muy elevada y no les da para vivir», ha aseverado Laura Mora.

En el caso de Samantha Camps, cuando fue diagnosticada de cáncer a finales de 2022 acababa de quedarse sin trabajo pero, gracias a su red de apoyo, su familia y la Asociación, pudo salir adelante.

Tras ser operada y ver que todo estaba «limpio», Camps relata que decidió «reinventarse» y apostar por crear su propio negocio: «He cambiado mi actitud respecto a la vida y mi trabajo a partir de ahora va a ser una academia de dibujo para niños porque siempre me ha gustado dibujar», ha indicado.

Sobre las secuelas, Camps explica que, en uno de los brazos, ha notado «un poco» de pérdida de fuerza, pero que las secuelas psicológicas son las que «más quedan» porque se tiene el miedo de «volver».

Llamamiento a los actores sociales

Desde la Asociación hacen un llamamiento a todos los actores sociales que puedan aliviar el impacto laboral del cáncer, tanto en las personas con la patología, como en sus familiares y en los propios supervivientes que buscan poder vivir tras la enfermedad.

«Si uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida, necesitamos estar todos alineados frente a esta enfermedad», ha aseverado el presidente de Contra el Cáncer Valencia.

Entre las medidas a implantar destacan: «la flexibilidad de horarios y posibilidad de teletrabajo; la readaptación de las funciones o del puesto de trabajo; formación al trabajador con cursos donde puedan adquirir conocimientos y capacidades nuevas y planes de salud».

Asimismo, recuerdan que las trabajadoras sociales atienden al impacto laboral del cáncer, ofreciendo información y orientación sobre los recursos sociales disponibles, la gestión de la incapacidad o discapacidad e incluso talleres de orientación para la reinserción en el mundo laboral.

La Asociación ha triplicado la inversión destinada a ayudas económicas de emergencia, con la asignación de 611 ayudas que han significado 154.521 euros. Se trata de aportaciones, de entre 150 y 400 euros, que sirven para «cubrir gastos de luz, agua y alquiler, además de la alimentación», concluyen.