Julián, el conserje del edificio de Campanar que ayudó a desalojar a los vecinos de Campanar, en el centro de la imagen, en la concentración en el Ayuntamiento de València | Europa Press

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Julián, el portero de los edificios incendiados el jueves en el barrio valenciano de Campanar, y calificado como un «héroe» porque su trabajo fue «clave» para desalojar a los afectados, ha recibido el cariño de los vecinos de València en el minuto de silencio que se ha celebrado en la Plaza del Ayuntamiento y en el que le han ofrecido un fuerte aplauso por su valentía. «Ayudé todo lo que estaba en mi mano, hasta el humo me dejó», ha dicho, y a todas las personas que pudo, incluso un vecino en silla de ruedas.

El portero de los edificios, que trabajaba en estos bloques de la avenida Maestro Rodrigo de València desde 2009, cuando se inauguraron, llamó puerta a puerta, hasta que pudo, para alertar a los vecinos del complejo, que suma un total de 138 viviendas. Julián ha confirmado que el fuego se inició en la puerta 86 de la planta 8, en unos inmuebles donde conocía a todos los vecinos. El incendio se ha cobrado la vida de diez personas, según las últimas cifras oficiales, y centenares de familias se han quedado sin casa.

Julián ha resaltado que «muchos» afectados le han agradecido personalmente su ayuda y ha subrayado que el trabajo en equipo es «muy importante», ha dicho en declaraciones a los medios de comunicacion, tras participar en el minuto de silencio, en el que ha recibido numerosas muestras de apoyo y cariño de los dirigentes políticos que han participado en la concentración silenciosa.

De hecho, la propia delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, ha asegurado que Julián fue una persona «clave», con una labor de de filiación y de buscar puerta por puerta a todos los residentes que estaban en el edificio o que no estaban.

El conserje no sabe cuántos pisos subió, pero sí sabe que sacó a una señora de edad avanzada, que vivía en una planta inferior al fuego y en la que al abrir la puerta notó ya «como una llamarada» --que fue lo que más le impactó-- y ayudó a otro vecino en silla de ruedas, que pudo ser rescatado.

«Es muy duro, es muy duro ver todo eso, la verdad, es muy duro», ha detallado, y ha explicado: «Subía por la escalera, iba subiendo y avisando, porque hay una escalera que es paralela». Y así cree que pudo llegar hasta el piso número 12 o diez. «En grupos íbamos bajando al patio», hasta que por el humo no pudo seguir. En ese momento, los bomberos le pidieron que se quedara allí y fue cuando «la cosa se puso peor» ya que «caían las panchas ardiendo» y, entonces, pasó «miedo».

"muchísimo humo"

Preguntado por las indicaciones de los efectivos de bomberos que, según recogen algunos medios de comunicación, recomendaron a los vecinos que no abandonaran sus viviendas, el conserje ha señalado que «el problema eran los humos». «Había muchísimos humos y no se podía bajar. El problema estaba ahí», ha resaltado, y ha lamentado, entre momentos de emoción, que fuera «todo tan rápido», por la velocidad con la que avanzó el fuego, que en minutos arrasó las viviendas.

Sobre su futuro, ha asegurado que no lo sabe, pero que por el momento le han dicho que está «de vacaciones». Ha dicho que ahora eso «no» le «preocupa» y que tendrá que «hablar con ellos».