El secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza (2i), la viuda de Enrique Casas, Bárbara Dührkop (3i), y el exministro de la presidencia de España, Ramón Jáuregui (c), durante el homenaje a Enrique Casas en el 40 aniversario de su asesinato | Unanue - Europa Press

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El secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, ha puesto en valor la figura política de Enrique Casas y sus ideales, en el 40 aniversario de su asesinato por los Comandos Autónomos Capitalistas (CAA), y ha acusado a la izquierda abertzale de seguir siendo «cobarde para mirar su propio pasado» y de «esconderse en excusas» para no condenar su muerte.

«Hoy siguen siendo igual de cobardes. Se siguen escondiendo en sus excusas. En su falta de coraje para reconocer que ni uno sólo de sus asesinatos ha servido para nada. Siguen siendo igual de cobardes para mirar a su propio pasado y condenar todo aquello. Jamás tendrán motivo alguno para sentirse orgullosos de lo que hicieron», ha subrayado.

Andueza ha realizado estas afirmaciones en el acto de homenaje que los socialistas vascos han celebrado en el Kursaal de San Sebastián con motivo del 40 aniversario del asesinato de Enrique Casas, y que ha contado con las intervenciones de su viuda, Bárbara Dührkop, y de dirigentes socialistas como Ramón Jáuregui, que ha guiado la celebración.

En su intervención, el dirigente del PSE ha asegurado sentirse «orgulloso de haber cogido el testigo de la fortaleza y las convicciones de todos aquellos socialistas que lucharon por una Euskadi en paz y libertad». «Me siento orgulloso de portar el testigo de jóvenes como Enrique. De socialistas de una talla incalculable como la de aquel vasco de Guadix que defendió como pocos los principios y los valores de los socialistas», ha remarcado.

«Me siento inmensamente orgulloso de ser heredero de tus principios y tus valores. Sé que tú también te sientes orgulloso de nosotros, de los socialistas vascos, que conquistamos la libertad por ti, y por todos los que se dejaron la vida por conquistar esta paz, que hoy es de todos», ha remarcado.

Tras resaltar a Casas como un «hombre de paz, de libertad, de concordia, de diálogo», ha recordado que fue asesinado «por ser socialista». «Lo asesinó el brazo ejecutor de la izquierda abertzale, que de izquierda tiene muy poco, y de abertzale siempre tuvo demasiado, lo asesinó el »fanatismo del que no entiende de respeto al diferente, de la pluralidad y la diversidad".

Así, ha querido dejar claro que ETA «no fue un ciclo político» sin que «fue una banda terrorista que atenazó a la sociedad vasca, que asesinó, que extorsionó, que torturó y secuestró. Fue ese terrorismo que atenta contra la democracia y ese totalitarismo que usó el independentismo vasco», ha opinado.

«Enrique Casas tenía 41 años cuando fue asesinado. Exactamente la misma edad que quien defiende, precisamente, que ETA fue un ciclo político -en referencia, sin nombrarle al candidato de EH Bildu a Lehendakari, Pello Otxandiano-. El mismo que le dice a la sociedad vasca que los jóvenes de su generación no tienen nada que ver con aquello. Que esa no es una mochila que les pertenece», ha señalado.

Por ello, ha preguntado a los de esta generación «¿dónde estaban si no se encontraban junto a nosotros ni tampoco con los que defendían a quienes asesinaban?». «A aquellos que quieren despojarse de la mochila de su repugnante historia escudándose en su edad, sólo cabe hacerles una pregunta: Yo recuerdo perfectamente dónde estaba a mis 20 y pico años (los mismos que ellos tenían) cuando mataron a Fernando Buesa, a Juan Priede, a Froilán Elespe o Isaías Carrasco. Si ellos no estaban auspiciando aquel horror, ¿dónde estaban?», ha cuestionado.

«No les recuerdo junto a los jóvenes que defendíamos la paz, la libertad, los principios democráticos con nuestra propia vida, hipotecando nuestra juventud, yendo con escoltas, y sufriendo el acoso de aquellos jóvenes como nosotros que nos preferían muertos antes que vivos», ha recalcado.

Eneko Andueza, de este modo, ha denunciado que estaban «en el silencio indiferente, en la cobardía de una parte de la sociedad que no tuvo ni el coraje ni la dignidad de estar junto a nosotros».

"diálogo hasta la extenuación"

Bárbara Dührkop, que ha intervenido después de recibir una ovación del público que ha llenado la sala y que ha estado acompañada por hijos y nietos, ha recordado el papel de padre y abuelo que Enrique Casas no pudo ejercer, dado que sus hijos tenían muy corta edad cuando fue asesinado.

También ha hecho referencia a su «talante» y a su legado que, en su opinión, «sigue siendo válido hoy y seguirá siendo un ejemplo de coraje, coherencia y ética política». De este modo, ha destacado que para el dirigente socialista «sus adversarios no eran enemigos, sino adversarios políticos».

«Su discurso nunca era malsonante sino respetuoso, pero argumentaba hasta la extenuación del adversario y por eso se ganó el apodo 'el tanque'. Y era así en política, pero también en casa», ha recordado.

"la democracia derrotó a eta"

Por su parte, Ramón Jáuregui, ha reivindicado el «cordón» que une la historia del socialismo en «la lucha por la libertad y contra el terrorismo». «Nuestro consuelo es su derrota. La democracia derrotó a ETA y la lucha de Enrique y de tantos otros nos trajo la paz que disfrutamos», ha asegurado.

«Estábamos muy solos», ha rememorado, al tiempo que ha lamentado la 'equidistancia imperdonable' que mantuvo la iglesia vasca« en aquellos años. Así, el exministro ha subrayado que el objetivo del Partido Socialista era »construir un frente democrático frente a la violencia en un clima poco favorable, cuando los asesinatos eran respondidos con expresiones indignas como 'algo habrá hecho' o cuando dirigentes nacionalistas se abonaban a esa teoría que mantenía que 'mientras otros mueven el árbol, nosotros recogemos las nueces'".

Además, ha considerado que «el relato de la violencia se forma con el testimonio de las víctimas». «Las memorias son subjetivas, pero el relato de la verdad se cuenta con las víctimas, con su memoria y con su dolor y nosotros fuimos víctimas», ha añadido.

En el acto de homenaje han participado, además, José Antonio Maturana, Ana Miranda, José Morcillo, Odón Elorza, Jesús Eguiguren, Manuel Huertas y Pedro Ontoso. También se han leído unas notas enviadas por Antxon Aso, Juan Manuel Eguiagaray, Eduardo Madina y Consuelo Ordóñez.