La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ha apuntado a la sequía como causa principal del decaimiento de pinos en el Parque Natural de Doñana, «algo que está sucediéndose en toda Andalucía. Así lo han señalado a Europa Press, después de que Ecologistas en Acción haya asegurado que la muerte de pinos se debe »a una plaga de Tomicus«. Al respecto, desde la Junta han explicado que hay »alta presencia« de este insecto en Andalucía oriental, pero »no en Doñana", aunque se está estudiando la presencia de algún otro parásito.
En una nota de prensa, Ecologistas en Acción ha alertado de que el pinar de Doñana «colapsa y ya son miles de ejemplares los que han caído secos, fulminados en último término por la plaga de un escarabajo perforador conocido como 'Tomicus sp'», que en sus varias formas vitales, «ataca al pino, perforando galerías en sus formas larvarias y comiendo brotes tiernos en las adultas».
La ONG ha señalado que estos ataques «acaban con la vida de los ejemplares más débiles, que son en los que se produce preferentemente la infestación», pero es «inocuo» en un pinar sano, ya que se trata de un «mecanismo equilibrado de saneamiento» del pinar al servir para retirar del medio ejemplares enfermos o debilitados por cualquier circunstancia.
«Sin embargo, la actividad de estos pequeños escarabajos se convierte en plaga letal cuando se dan circunstancias de estrés generalizado en los pinares, como viene ocurriendo en los de Doñana en los últimos años. Es entonces cuando el número de ejemplares susceptibles de ser atacados supera el umbral y se produce un efecto dominó con gran cantidad de ejemplares atacados por su debilidad que generan gran número de efectivos de la plaga, que se hace así más virulenta y capaz de atacar a cada vez más ejemplares y más sanos, entrando en una especie de muerte en cascada que produce escenas dantescas de pinares de cientos de hectáreas completamente arrasados», han detallado.
Así, Ecologistas en Acción ha apuntado que «el Pinar de la Parada, el Corral Largo, el Cerro del Trigo, el Pinar de San Agustín, entre otros, se están viendo afectados». «El tomicus es la causa última de la muerte de los pinos, pero esta hecatombe solo se explica por el estado de debilidad de estos pinares que favorece el ataque descontrolado del insecto», han agregado.
Por ello, han señalado que es «necesario» conocer las causas que están detrás de ese estrés para «poder solucionar el problema», ya que, a juicio de la organización, «no bastará con eliminar el escarabajo para detener la debacle».
Al respecto, Ecologistas en Acción ha señalado que el año pasado advirtieron de «la aparición de manchas de pinos secos en el Espacio Natural, llamando la atención sobre lo que parecía un patrón en el avance de la afección; se secaban más los pinos de las vaguadas que los ubicados en zonas más altas, lo que hace pensar en que, más que el descenso del freático, podría estar ocurriendo un proceso de salinización por intrusión salina en el acuífero, que generaría ese estrés por contacto de las raíces con aguas salobres, que pone en marcha el efecto dominó del tomicus desbocado».
«Aún no tenemos respuestas satisfactorias ni confirmación que apunte a otra causa para explicar la alarmante mortandad. El efecto de intrusión salina es conocido y consiste en la entrada de agua subterránea salina procedente del mar en un acuífero litoral, al que se le están retirando aguas dulces por extracciones masivas, como sabemos que ocurre con el de Doñana», han subrayado.
Ante ello, la ONG ha remarcado la «necesidad» de poner en marcha «un equipo de crisis que se ponga a trabajar en diseñar ya un plan de actuaciones coherente, que en primer lugar ataje la proliferación de la plaga», pero que se vea acompañado de «un diagnóstico de la causa o causas del estrés de la vegetación y se trabaje a marcha forzada en su restauración».
La sequía como causa
Por su parte, desde la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul han explicado a Europa Press, preguntados por esta cuestión, que la escasez continuada de precipitaciones desde mediados de la década pasada, «agravada sensiblemente desde el año 2022, sitúa el actual período de sequía entre los más graves desde que existen registros».
Ante ello, desde el Departamento de Equilibrios Biológicos de esta Dirección General se vienen observando «ciertos procesos de decaimiento en pinares de diferentes especies y estaciones en el conjunto de Andalucía, con diferente caracterización según las zonas, notándose un incremento de la superficie afectada con mortandad sobre coníferas y frondosas, especialmente entre estas primeras, durante los años 2022 y 2023», por ello, esta generalizada afección «pone el foco en la sequía meteorológica como factor desencadenante de los diversos procesos de decaimiento».
En el caso de los pinares costeros de Andalucía oriental, se ha observado «alta presencia» de escolítidos perforadores como 'Tomicus destruens' y 'Orthotomicus erosus', «algo que no sucede en el ámbito de Doñana». «No obstante, los equipos de seguimiento de Equilibrios Biológicos estudian la presencia de algún parásito que pudiera estar afectando a los pinares en momentos de sequía», han señalado.
Respecto a las actuaciones a poner en marcha, desde la Consejería han apuntado que estas dependerán del «diagnóstico de cada situación concreta», actualmente en proceso por parte de los mencionados equipos de Equilibrios Biológicos y de los que, en breve, se espera un informe actualizado de la situación descrita en el ámbito del Parque Nacional de Doñana.
«En años anteriores, en los que se han observado procesos de decaimiento similares, la lluvia acumulada durante la primavera ha aliviado el estado sanitario de estos pinares, reduciéndose la mortandad ostensiblemente, un dato más para avalar la tesis de la sequía meteorológica como factor principal del referido decaimiento», han señalado.
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