La capital aragonesa regresará este fin de semana a la época napoleónica de la mano de 350 recreadores de 30 grupos procedentes de Portugal, Italia, Francia y este año, como novedad, de Irlanda. Durante dos días la ciudad revivirá la invasión del ejército más poderoso del mundo a principios del siglo XIX y se podrán ver batallas a pie de calle en las que se quemarán cien kilos de pólvora.
Será la VI Recreación de los Sitios, que se celebra con periodicidad bienal, en la que se rememora los tiempos napoleónicos en España y la lucha en las calles que le vale a Zaragoza el título de «heroica, muy heroica», por la lucha casi cuerpo a cuerpo de sus vecinos contra los soldados franceses.
El presidente de la Asociación Napoleónica Española (ANE), Luis Sorando, ha explicado que esta recreación se guía por el rigor y seriedad históricos, tanto de los participantes, todos voluntarios, como de todos los detalles que acompañan a la puesta en escena.
En declaraciones a Europa Press ha contado que esta fidelidad a los hechos históricos se deja patente no solo en los uniformes, sino en las armas, los utensilios y hasta el aspecto físico porque en esa época estaba prohibido que los militares llevaban barba. «Tenían patillas y lo que hoy se podría denominar un 'tupé', que para la época actual sería lo más parecido a Elvis Presley».
Otro detalle del que se deja constancia es la afinidad de España con Irlanda porque al ser dos países católicos, a los irlandeses «les gustaba servir en las filas españolas y era habitual que vinieran mercenarios a luchar con los católicos». Precisamente, el himno de Irlanda será un de los tres que sonarán junto al de España y Francia.
En esta recreación también participan 6 caballos, 70 tiendas de campaña que se colocarán en el Parque del Tío Jorge, donde se ubicará el campamento militar al que podrá acceder el público para conocer más de cerca la vida en una contienda hace más de 200 años.
El campamento
«Todo lo que podrá ver el público será fiel a la época, desde los botones de las casacas hasta los utensilios de comida, y la forma de pasar el tiempo de ocio antes de las batallas», ha asegurado Sorando.
Ha contado que en las primeras ediciones de la recreación las batallas eran lo que más llamaban la atención y aunque no han perdido espectacularidad el campamento-museo despierta mucho interés porque «se forman corrillos hablando de temas concretos como la indumentaria, las comidas, las incidencias».
Se podrá asistir a charlas y un grupo de franceses, que son médicos darán a conocer como era una ambulancia de la época, diseñada por el cirujano de Napoleón, Dominique-Jean Larrey, que es un carruaje tirado por caballos en el que caben entre 4 y 6 camillas. «Es un campamento militar no un mercado y se intenta dar más importancia a la divulgación», ha remachado.
Se intenta que todo se adecue a la época y el detalle llega hasta los fusiles que son de llave de chispa y no de pistón porque no se habían inventado, ya que se crean 20 años después a los sitios de Zaragoza. También habrá alguna pistola, pero solo las portarán los oficiales.
«Intentamos dinamizar más el campamento porque nos encanta divulgar lo que pasó y por eso ya no está centrado en los sitios, sino en la época napoleónica», ha reconocido Luis Sorando.
Mujeres
Un aspecto que llama la atención es la presencia de mujeres que se encargan de la logística diaria de los soldados. «Entonces era habitual que las cantineras se desplazasen con el ejército para atender aspectos vitales como la comida. Eran imprescindibles».
La cada vez más frecuente participación de mujeres recreadoras también se aprecia en las que quieren luchar en batallas para lo que se les exige que lleven el pelo recogido y sin maquillar porque el público tiene que ver que sea lo más fiel posible.
«Hay soldadas pero hacen papel de hombre porque no había soldadas con faldas. Se trata --ha aclarado-- de que no se note que son mujeres para que sea creíble y siga el rigor. Si van de hombres tienen que hacer lo que hacían los hombres porque hay que ser fieles a la historia».
Una de las mujeres protagonistas será Agustina de Aragón y su momento histórico cuando dispara un cañón en la batalla del Coso, que al igual que en la edición anterior lo recrea una artillera de San Sebastián, que viene con el grupo Blas de Lezo, porque para prender la mecha se necesitan ciertos conocimientos como la distancia a la que colocarse porque «entraña cierto riesgo», ha reconocido Sorando.
Motivación
Esta recreación es bienal porque para todos los participantes es un 'hobby' y se tiene que hacer un programa atractivo que sea un reclamo como también lo es el hecho en sí que se recrea y la respuesta del público «y todos quieren venir a Zaragoza porque reúne todos estos alicientes».
«Vienen porque quieren no por contrato y eso exige preparar un programa que les motive. Se mueven por el atractivo y el rigor de que se conmemora algo histórico y por eso Zaragoza les gusta, además aprovechan para conocer lo que queda de los sitios».
Es una recreación y no una fiesta histórica, ha precisado Sorando para diferenciar que mientras la recreación revive algo que ocurrió y es riguroso, las fiestas históricas se inspiran en algo histórico y «se disfrazan y se relaja el rigor».
Es la recreación napoleónica más grande de España que se haga de forma periódica, en este caso cada dos años, y no hay ninguna que tenga tanto público, que alcanza las 120.000 personas entre los dos días, ha enfatizado.
Los recreadores, ha proseguido Sorando, no cobran, sino que el Ayuntamiento de Zaragoza paga los gastos, la comida, una ayuda de viaje, la pólvora, y se encarga de preparar el parque del Tío Jorge, donde duermen la mayoría de los participantes, otros pocos en polideportivos y los mayores en hotel que «se pagan de su bolsillo».
Cambios
Uno de los momentos más espectaculares será el domingo por la mañana en el ataque a La Aljafería, que este año tendrá novedades. Mientras otros años la batalla transcurría en el foso y era más difícil de ver por el público en esta ocasión será a la altura de la calle.
Además, los defensores de la ciudad estarán por las almenas del Palacio de La Aljafería para darle más espectacularidad y resaltar este monumento islámico del siglo XI.
Otro momento destacado es la arenga a las tropas del general José de Palafox delante del Palacio Arzobispal, que recrea un joven de Málaga, también de una edad similar a la que entonces tenía el militar, 33 años.
Las banderas de los defensores de la época no son la rojigualda actual --que data de 1843--, sino que eran blancas con dos aspas rojas cruzadas y en cada uno de los cuatro extremos un escudo, mientras que la de los franceses es la actual con los tres colores --azul, blanco y rojo-- en modelo napoleónico.
Programa
Este viernes 15 de marzo se inicia el montaje del campamento en el Parque del Tío Jorge y el programa comienza el sábado 16 de marzo, con el desfile, a partir de las 12.00 horas, por el centro de la ciudad. A continuación, los grupos participantes acudirán a la plaza del Pilar, donde tendrá lugar una interpretación de himnos e izado de banderas, para finalizar con una descarga de fusilería.
A las 19.00 horas se podrá presenciar el desfile hacia la batalla, que será a las 19.30 horas con la recreación del primer Sitio en la calle Coso, entre plaza San Miguel y plaza de España, y la batalla se prolongará por el Coso Alto, calle Alfonso I y hasta la plaza del Pilar.
El domingo 17 de marzo se recrea el segundo Sitio de Zaragoza, con actividades previas hasta que a las 11.00 horas, desde el campamento, salga el desfile por la avenida de los Pirineos, puente Santiago, paseo Echegaray y Caballero, plaza de Europa y calle de los Diputados, hasta el Palacio de la Aljafería, donde tendrá lugar la batalla final desde las 12.00 hasta las 13.30 horas.
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