El hombre acusado junto a una mujer de incendiar el rellano de la planta baja de un edificio de Manresa (Barcelona) presuntamente para intentar matar a una pareja se presentó en su vivienda el día anterior amenazando con una botella de gasolina.
Fue sobre las 22 horas del día antes del incendio, en ese momento solo estaba la mujer en casa y el acusado, que vivía en el mismo edificio, le preguntó: «¿Dónde está tu marido? Que lo voy a matar», ha declarado la mujer en el juicio que ha empezado este miércoles en la Audiencia de Barcelona.
El juicio que continuará el jueves, cuando están previstos los interrogatorios a los acusados, y la fiscal reclama 32 años de cárcel para el principal acusado, que está en prisión preventiva, y 19 años de prisión para la mujer, acusada en calidad de cooperadora necesaria.
La mujer llamó al 112 por el incidente de la noche, y a la mañana siguiente, el 11 de abril de 2022, el acusado volvió al piso de las víctimas --donde también estaba el bebé de la pareja, que tenía 17 días-- presuntamente compinchado con la acusada para conseguir entrar al piso.
Las dos víctimas han explicado que la acusada rompió la puerta y preguntó dónde estaba el bebé, pero no llegó a entrar al piso, y a continuación el hombre, que esperaba en el rellano, corrió hacia ellos con un bidón de gasolina, los roció y les prendió fuego con un mechero.
"se la comía el fuego"
«Vi como a mi mujer se la comía el fuego», ha explicado el hombre al tribunal, y después varios vecinos les ayudaron a apagar las llamas antes de que llegara la policía.
El hombre ha contado que el acusado le había llamado días antes por teléfono insultándolo y provocándolo para que pelearan: «Los insultos eran frecuentes y me decía 'te voy a quemar'», y al preguntársele por qué el acusado estaba enfadado con él ha explicado que el hombre quería dinero a cambio de que ellos pudieran vivir en ese piso.
«Se dirigía hacia mí, el objetivo era yo», ha dicho el hombre antes de señalar al tribunal las cicatrices que tiene detrás de las orejas, en los pies, la espalda, los brazos y la cara.
Testigos
Cuando la acusada presuntamente rompió la puerta del piso, la mujer que vivía allí estaba en el dormitorio con su bebé, salió al escuchar el ruido y también quedó rociada por la gasolina.
También han declarado en la primera jornada de juicio dos testigos, vecinos del edificio: uno vio al acusado el día anterior con el bidón de gasolina y el otro, que era compañero de piso del acusado desde hacía cuatro años, ha explicado que ayudó a apagar el fuego junto a otros vecinos.
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