Sor Isabel Guerra (Madrid, 1947), conocida como 'la monja pintora' ha presentado una nueva obra, 'Encuentro con el maestro en el camino de la historia y sus borrascas', inspirada en uno de los cartones para tapices de Francisco de Goya, 'La nevada', que ya forma parte de la muestra 'Luz increada', en el Museo Goya de Fundación Ibercaja.
La presentación de la nueva pintura de Isabel Guerra, que ha firmado en el mismo acto celebrado este viernes, también ha contado con la presencia del director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo; la directora del Museo Goya, May Forcén; y la comisaria, Magdalena Lasala.
«Es un día muy importante para el Museo Goya y para Fundación Ibercaja porque tenemos el honor de que nuestra pintora más querida y más reconocida en la actualidad firme su última obra aquí», ha indicado el director general de Fundación Ibercaja.
Ha agradecido el reconocimiento que Isabel Guerra hace a «nuestro aragonés más universal» y su obra 'La nevada', además, en «la que siempre será la casa del maestro en Zaragoza», el Museo Goya de Fundación Ibercaja.
Se trata de una «reinterpretación» de la pintura de Francisco de Goya, también conocida como 'El Invierno', según ha explicado Isabel Guerra, que ha confesado que le causó «fascinación» en sus visitas al Museo del Prado durante su infancia.
«Me impactaba la seriedad y la profundidad que tiene esa pieza, comparada con los demás cartones para tapices, de temas folclóricos de su época que no me subyugaban. Sin embargo, esta expresa el sufrimiento de la gente en su trabajo, el frío, el atravesar borrascas por llevar sus rebaños o sus cosas por caminos intransitables», ha relatado.
Ha afirmado que los hombres «llenos de miseria y de frío», que según sostienen los estudiosos del arte podrían ser lacayos de palacio o mayordomos, y el pastor que ella presenta en primer plano le recuerdan a «la gente humilde de hoy en día, que trabaja duro en contacto con el campo y con la tierra».
La nueva pieza, cuyas dimensiones alcanzan 128 por 200 centímetros, es un acrílico sobre tela belga en bastidor. Las texturas están realizadas con arena y algunas zonas como la nieve con pasta flexible para modelar.
Guerra ha comentado que el acrílico le permite «más libertad y texturas» que el óleo, un «procedimiento que siempre será el gran rey, pero tarda mucho en secar y no es para piezas rápidas a las que aportar texturas y los atractivos especiales que demanda el público actual, acostumbrado a una pintura más libre y desenfadada».
'la nevada', de francisco de goya
Isabel Guerra se ha declarado «en numerosas ocasiones» admiradora de Francisco de Goya, ha recordado la comisaria de 'Luz increada', Magdalena Lasala, al considerarlo «síntesis de las cualidades técnicas y creativas» que «cautivan y asombran» a generaciones de estudiosos de su legado desde hace más de dos siglos.
En esta ocasión, Guerra invita al espectador a revisitar los cartones que realizó Goya como base de los tapices decorativos de las estancias palaciegas de los monarcas ilustrados. Su serie de cartones para tapices, que alberga el Museo del Prado, se compone de un total de 83 piezas pintadas entre 1775 y 1792 y adaptadas al gusto de Carlos III primero y Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma, después.
La comisaria ha contado que desde que se planteó la exposición 'Luz increada' hace más o menos un año, se previó añadir este «homenaje» a Goya en al segunda mitad de la muestra con el objetivo de «darle un realce especial» a la misma y a la serie de cartones para tapices «una de las más brillantes producciones pictóricas del aragonés que hasta la mitad del siglo XX no se ha valorado en su verdadera dimensión».
'La nevada', pintada en 1780, es un óleo sobre lienzo de 275 x 293 centímetros, forma parte de una serie de cartones sobre las cuatro estaciones que realizó Goya, destinados a colgar en las paredes del comedor del entonces príncipe, futuro rey Carlos IV.
Lasala ha reconocido que la forma de abordar el tema por parte de Goya supuso, ya en su época, «una innovación sorprendente», puesto que expone la «crudeza del frío sin recurrir a idealismos ni figuraciones románticas de la estación, como era habitual hasta ese momento». El artista de Fuendetodos consigue que los protagonistas transmitan al espectador «la sensación física de frío, así como la ventisca y nieve», ha agregado.
En relación con la pintura de Isabel Guerra, 'Encuentro con el maestro en el camino de la historia y sus borrascas', la comisaria ha considerado que es una «obra de culminación», tanto de la exposición en el Museo Goya como de su carrera artística, de planteamiento, trabajo y esfuerzo.
«Las sensaciones que transmite son absolutamente goyescas y, quizá, la continuación de eso que el mismo Goya quería expresar», ha precisado Magdalena Lasala, a lo que ha añadido que reúne «la esencia del sentimiento de Isabel Guerra hacia la obra del aragonés, trayéndolo al presente como un mensaje de vitalidad y autenticidad dirigido al público».
Un tema de actualidad
Guerra ha reflexionado: «Creo que cada uno atravesamos la borrasca de la vida de forma diferente, pero todos atravesamos la vida como una borrasca que nos empuja desde todas partes, que a veces nos hace sentir el gran frío de la soledad en ese camino».
Además, la artista ha observado que 'La nevada' contrasta con los demás cuadros de la serie dedicada a las cuatro estaciones por su intencionalidad, ya que «no era decorativo, sino profundo, alineado con la pintura actual».
El pastor «de hoy en día» que 'la monja pintora' presenta en primer plano está acompañado del «perrito» que aparece con frecuencia en la obra de Francisco de Goya, y por tanto, «es un elemento que inmediatamente identifica mi pintura con la obra de Goya». Ha manifestado que los rostros de las figuras «no son una copia», sino que nacen de su impresión y recuerdo.
La pintora ha declarado que en 'Encuentro con el maestro en el camino de la historia y sus borrascas' ha pretendido subrayar «los momentos fríos y difíciles de un Goya con una vida muy tormentosa, muy dispar, que lo mismo era el pintor de los reyes que autor de cartones para tapiz, algo que le dolía».
No obstante, ha apostillado que es necesario «estudiar mucho su vida para darse cuenta de los altibajos continuos que la sociedad de su tiempo le hacía pasar», unas «vicisitudes y las borrascas», ha continuado, que siguen presentes en la vida de los artistas actuales, que se enfrentan a «grandes momentos, como exposiciones, pero también a dar a conocer su obra entre el público».
Por ello, ha defendido: «Necesitamos gente en el mundo del arte que se deje las pestañas en crear exposiciones y obras que no sean para usar y tirar, sino que se dejen el alma, la vida y las esperanzas, porque eso nos llevará al buen arte que todos esperamos».
'luz increada'
La muestra 'Luz increada', inaugurada el pasado 15 de febrero y que puede visitarse hasta el 19 de mayo, incluye 36 pinturas inéditas, creadas en 2022, 2023 y este año, que nacen de una «decisión de libertad» y de una reinvención personal.
Las obras que componen el discurso expositivo repasan distintos formatos, como pinturas con espátula, al óleo, pastel, con acrílicos empastados con arenas, así como mezclas de pigmentos encolados para conseguir las texturas deseadas, sobre soportes de lienzo, tabla o papel.
Las temáticas incluyen bodegones o naturalezas detenidas en el tiempo; niñas o mujeres que no son retratos, sino «ideas» y «figuras oníricas»; la naturaleza viva, reflejada en la pasión del movimiento y la danza, con sus faldas al vuelo; la naturaleza salvaje, no domesticada, en lobos, caballos y un gran guepardo corriendo libre; y la naturaleza de los paisajes «soñados».
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