El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Loja, encargado de las diligencias judiciales abiertas por la muerte de los dos hermanos menores de edad a manos supuestamente de su abuelo materno en Huétor Tájar, en el Poniente granadino, ha autorizado el traslado de los cuerpos para su entierro una vez finalizadas las autopsias en el Instituto de Medicina Legal de Granada.
Así lo han indicado fuentes consultadas por Europa Press en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía una vez finalizados los trabajos de análisis de los cuerpos que debían desarrollar los forenses en el Instituto de Medicina Legal granadino, todo ello en el marco de una investigación judicial que está declarada secreta por el plazo de un mes.
Fuentes cercanas a la investigación han detallado a Europa Press que, tras el análisis de los cuerpos, otras muestras han sido enviadas al Instituto Nacional de Toxicología para completar estos trabajos, si bien la autoridad judicial ya ha autorizado el traslado de los cuerpos para su entierro, la única diligencia que ha de realizar el juez al respecto.
Está previsto que en la tarde de este miércoles los restos mortales del abuelo, de 72 años, sean trasladados al cementerio de Loja para su incineración e inhumación, según fuentes cercanas al entorno familiar consultadas por Europa Press, mientras que el sepelio de los dos niños, de 10 y 12 años, en Huétor Tájar, está pendiente de la evolución del estado de salud del padre, que tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario donde fue sedado y sigue en Observación.
El anciano estuvo atrincherado prácticamente doce horas junto a los pequeños en su vivienda de Huétor Tájar armado con una escopeta para la que tenía licencia de caza. Fueron varios vecinos los que alertaron al 112, en torno a las 21,45 horas del domingo, de que se estaban viviendo momentos de tensión en el domicilio entre el abuelo y el padre de los menores, que fue encañonado y acabó abandonando el domicilio quedando allí los niños.
Tras horas de negociaciones, y al ver que los pequeños no salían para ir al colegio, como había sugerido el abuelo que ocurriría, la Guardia Civil irrumpió en el domicilio en torno a las 8,25 horas del lunes tras comprobar que no había movimientos en la vivienda.
En ese mismo momento, según detalló el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, el anciano se quitó la vida y los agentes hallaron los cadáveres de los pequeños en dos habitaciones distintas, uno de ellos con herida de arma de fuego. La investigación apunta, a la espera de autopsia, que el otro murió por asfixia, según precisaron a Europa Press fuentes del Instituto Armado.
El Ayuntamiento de Huétor Tájar, que ha puesto a disposición del padre, de unos 50 años, asistencia psicológica, pedía este pasado martes en un breve comunicado que se respete la intimidad de la familia de los fallecidos ante el «despliegue masivo» de los medios de comunicación y rogaba respeto para «no generar más dolor en esta situación».
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