El acusado prestando declaración durante el juicio | Europa Press

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El joven de 25 años acusado de asesinar y violar en febrero de 2022 a una niña de 14 años en Alcalá la Real (Jaén) ha declarado que todo ocurrió porque estaban poniendo en práctica de manera «consentida» «el juego de la asfixia», una práctica que aprendió en un campamento y que consistía en apretar el cuello o el pecho hasta perder la consciencia.

«Se acostó, tomó aire varias veces y le apreté el cuello. No pensé en que fuera a salir mal, lo había hecho muchas veces, no se me pasó por la cabeza que pudiera salir mal», ha relatado Nazzaryn N.N. «Apreté con toda mi fuerza y mi peso», ha contado de forma pormenorizada el joven acusado refiriéndose a la muerte de la menor, a la que solo había visto en una ocasión anterior y de la que conocía su edad.

Ha mantenido que todo fue «consentido». De hecho, según su versión ante el jurado que le juzga desde este lunes en la Audiencia de Jaén, ha indicado que en la tarde en la que ocurrieron los hechos habían quedado en casa de una amiga de la menor fallecida para practicar «el juego de la asfixia». Allí, Nazzaryn ha dicho que hasta en tres ocasiones lo practicó con la menor, pero «no salió bien y no funcionó» porque no consiguió que se quedara sin conocimiento.

Al final de la tarde acordaron ir en grupo a las ruinas de la iglesia de Santo Domingo, en la Fortaleza de la Mota, pero por unas razones u otras se acabaron marchando y quedaron la menor y el acusado a solas. Fue allí donde, según el acusado, acordaron repetir el juego, pero esta vez presionando en el cuello y no en el pecho para ver si así funcionaba.

Cuando se dio cuenta que la menor había fallecido, el acusado ha dicho que, una vez muerte, violó a la menor con los dedos y luego le quitó toda la ropa y le hizo fotos desnuda para mostrar lo que había hecho a sus amigos ya que tenía necesidad de hablar con ellos.

En ese contexto de los mensajes cruzados con sus dos amigos, el acusado dijo haber utilizado un tono de «broma» porque entre ellos eran habituales «las bromas macabras». Así, tras la muerte de la menor, el acusado se lamentó de que después de lo que acababa de hacer ya no podría viajar a Japón, e incluso se definió como un psicópata para explicar su modo de actuar con la víctima.

Además, el acusado ha declarado que esa misma noche, tras llamar al 112 confesando que había matado a una chica, borró todo el contenido de su móvil y lo reseteó porque «a nadie le gusta que le miren el móvil».

«Cuando vi que no reaccionaba se me fue la cabeza. No sé en que estaba pensando. Les dije que había violado a una niña», ha dicho el acusado durante un interrogatorio que por parte del Ministerio Fiscal se ha extendido más de una hora.

Con el rostro tapado por una mascarilla quirúrgica y la cabeza hundida entre las piernas --salvo en el momento en el que ha declarado de pie-- el acusado ha respondido a todas y cada una de las preguntas. Lo ha hecho tranquilo y dando todo tipo de detalles sobre un crimen que desde el principio reconoció haber cometido, aunque enmarcado en un juego que «se fue de las manos».

En la primera jornada del juicio también han declarado las amigas con las que estuvo la víctima la misma tarde de los hechos. Han coincidido en que fue el acusado el que propuso ir esa tarde a las ruinas de Santo Domingo por las vistas que había de ese sitio.

Finalmente, al lugar donde ocurrieron los hechos solo fueron el acusado y la víctima porque el resto de amigos acabaron desmarcándose.

Para esta tarde está previsto que declare la madre de la víctima. El juicio está organizado en sesiones que se sucederán hasta el próximo miércoles. La idea es que el jurado pueda comenzar a deliberar este jueves.

Penas y hechos

Por estos hechos tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular reclaman la prisión permanente revisable, además de 15 años de prisión por agresión sexual. A ello se le suma una indemnización de 480.000 euros para la familia de la menor. Es la primera vez que la Fiscalía de Jaén pide prisión permanente revisable.

Los hechos, según recoge el escrito del Ministerio Fiscal al que ha accedido Europa Press, tuvieron lugar sobre las 20,13 horas del 15 de febrero de 2022 cuando el acusado, que «sólo conocía de haber coincidido con ella en dos ocasiones, una de ellas, esa misma tarde», acudió a las ruinas de Santo Domingo, en las inmediaciones de la Fortaleza de la Mota, con «la excusa de mostrarle las vistas que desde ese lugar» hay de Alcalá la Real.

Fiscalía relata que «una vez allí subieron hasta una oquedad existente en el muro lateral de dicha iglesia a más de dos metros altura, para lo que tuvieron que utilizar una escalera de madera que se encontraba allí apoyada». Fue entonces cuando el acusado, tal y como relata Fiscalía, intentó «extralimitándose dándole un beso a la menor», a lo que esta se negó.

A partir de ahí se desencadenaron los hechos y la menor acabó asesinada por asfixia y también violada. No quedó ahí todo, cuando la menor ya estaba muerta, el acusado le hizo fotos y las remitió a un amigo.

Seguidamente, sobre las 21,36 horas, el acusado llamó al 112 para decir que había matado a una chica y decir desde dónde llamaba. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, así como de la Policía Local y los Bomberos.

El ahora acusado fue localizado en el recinto de la Fortaleza de la Mota, pero en ningún momento colaboró a la hora de indicar dónde estaba el cuerpo de la menor. Finalmente, y tras varias batidas, fue localizado en un lugar de difícil acceso el cuerpo de la niña, que yacía sin ropa.