Los hechos se remontan a la madrugada del 22 de agosto de 2023, cuando los agentes fueron requeridos para investigar la desaparición de un ciudadano de nacionalidad ucraniana del que se desconocía su paradero tras haber acudido a un chalet de lujo de Cullera donde se celebraba una fiesta privada durante todo el fin de semana.
La fiesta había sido organizada por un ciudadano ucraniano que alquiló una villa en una exclusiva urbanización de Cullera a la que invitó a dos jóvenes compatriotas con un alto poder adquisitivo que residen en la ciudad de València.
Estos jóvenes se dedicaban a invertir en criptomonedas, lo que les convirtió en víctimas. Uno de ellos acudió a la fiesta acompañado por un amigo ruso que se encontraba ocasionalmente de visita en España, pero la otra víctima finalmente decidió no acudir al evento.
Tras la celebración, en un momento dado, se produjo el asalto al chalet por parte de cuatro encapuchados que localizaron al joven ucraniano y a su amigo ruso en sus respectivas habitaciones. Los chicos fueron atados con bridas, les amordazaron con cinta americana y les anularon la visión colocándoles en la cabeza unas fundas de cojín. A continuación, fueron torturados hasta que proporcionaron las claves de acceso a los cripto-monederos, de donde los asaltantes lograron transferir criptomonedas por valor de 107.207 dólares.
Al mismo tiempo, un segundo grupo, compuesto por otras cuatro personas, accedieron al interior del domicilio de las víctimas en València y se llevaron contra su voluntad a otro amigo que se encontraba de visita en España.
El grupo de asaltantes del domicilio de València obtuvo otro dispositivo para el acceso a las criptomonedas. Además, intentó localizar al segundo joven ucraniano que no acudió a la fiesta para obtener las claves de acceso a sus monederos virtuales. Este joven empezó a sospechar de la extraña desaparición de su amigo y, a su vez, tampoco podía contactar con el que estaba en la fiesta de Cullera, por ello decidió acudir al acuartelamiento para denunciar la desaparición de sus amigos.
Entre el denunciante y las patrullas consiguieron localizar el chalet. Una vez allí, los asaltantes ya habían huido, al igual que las víctimas, aunque permanecía allí uno sus compinches que era el encargado de limpiar la escena.
Al verse sorprendido por las patrullas, fingió ser una víctima más del asalto y se ató él mismo con bridas. Durante la mañana fueron localizados, en los extrarradios de Cullera, las dos víctimas del asalto al chalet y, posteriormente, a la altura de la localidad de Sollana, el tercer joven que fue sacado del domicilio de València y que había sido abandonado por los autores en la carretera.
Tras ser auxiliados, se requirió asistencia médica para ellos, uno de los cuales presentaba signos de haber sido agredido violentamente, incluso le habían arrancado una uña, por lo que fue trasladado al hospital, donde permaneció ingresado varios días en la UCI debido a las graves lesiones que le ocasionaron los asaltantes.
Gracias a la inspección ocular realizada por los agentes se pudo identificar el comercio donde los autores adquirieron los efectos para el asalto y tortura de las víctimas --como guantes, fundas de cojín, bridas, cinta americana, un sargento de apriete--. Fueron identificados un total de ocho hombres y tres mujeres que hicieron de gancho, todos ellos de nacionalidad ucraniana, que viajaron expresamente desde diferentes países europeos a España para perpetrar este robo y que huyeron juntos al día siguiente de los hechos.
El éxito en la labor de identificación fue fruto de la colaboración e intercambio de información a través de Europol, así como con las autoridades ucranianas, pudiendo constatar que alguno de ellos ya contaba con antecedentes en su país de origen.
También se contó con la relevante colaboración del Grupo de Ciberinteligencia Criminal de la Unidad Técnica de Policía Judicial en Madrid, de cuya pericial se obtuvo información de vital importancia para conocer el destino de parte de las criptomonedas.
Los agentes de la Guardia Civil de Valencia detuvieron al organizador de la fiesta y también a la falsa víctima, dos hombres de 43 y 44 años y de nacionalidad ucraniana. Además, a la vista del resultado de la investigación, la autoridad judicial emitió las pertinentes órdenes internacionales de búsqueda y detención contra el resto de implicados en los hechos, los ocho hombres y las tres mujeres. Se les atribuyen los siguientes delitos: dos detenciones ilegales, un robo con violencia y uno de pertenencia a grupo criminal. Las diligencias han sido entregadas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Sueca.
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