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La población de Euskadi puntúa con un 7,3 su satisfacción con la vida en general en 2023 en una escala de cero a diez, puntuación inferior en dos décimas respecto a 2018, edición en la que obtuvo una nota de un 7,5, según datos recogidos en la Encuesta de Bienestar Personal elaborada por Eustat.

La satisfacción con la vida más alta se observa entre las personas que consideran que su salud es muy buena (7,9), frente a quienes declaran que su salud es mala o muy mala, que muestran la puntuación más baja (5,5).

Las personas jóvenes, de 16 a 24 años, también ofrecen un promedio muy alto (7,8) y, según el tipo de familia, las parejas sin hijos convivientes obtienen una puntuación de 7,5, frente a las familias unipersonales o padres solos con algún hijo (7,0 y 7,1 respectivamente).

Los hombres (7,4) se muestran más satisfechos con su vida que las mujeres (7,3), mientras que a nivel territorial Álava (7,4) supera por una décima a Gipuzkoa y a Bizkaia (7,3 en ambos casos).

En cuanto a la actividad, el colectivo de las personas ocupadas muestra una de las puntuaciones más altas (7,4) en contraposición a las personas paradas (6,8), que arrojan el dato más bajo. Otro factor que influye en este indicador es la existencia o no de algún tipo de discapacidad, siendo las personas sin discapacidad las más satisfechas con su vida (7,4), frente a las que tienen algún tipo de discapacidad (6,5).

La valoración de la vida propia, es decir, la consideración de que la vida de cada cual merece la pena, mantiene la misma puntuación que en 2018, con un 8 de promedio. El 68,8% de la población da una puntuación alta, frente al 2,5% que da una puntuación baja.

Los hombres puntúan el valor de la vida con un 8, nota ligeramente mayor que la de las mujeres, que lo hacen con un 7,9, mientras que a nivel territorial son las personas residentes en Álava (8,1) las que más valoran su vida frente a las de Gipuzkoa y Bizkaia (8 y 7,9 respectivamente).

En cuanto a la actividad, las personas ocupadas son quienes más la valoran (8,0), frente a las paradas (7,7), cuyo indicador sufre un retroceso de una décima porcentual respecto a 2018.

Relaciones personales

Las relaciones personales, uno de los aspectos más valorados (7,5), alcanza la puntuación máxima entre las personas que declaran tener muy buena salud y las comprendidas entre 16 y 24 años (7,7 en ambos casos), apreciándose la nota mínima (7,0) entre las que manifiestan que su salud es mala o muy mala.

Las personas paradas (7,4) valoran menos las relaciones personales que las ocupadas o inactivas, que obtienen la misma nota (7,5), mientras que no se observan diferencias entre hombres y mujeres ni por territorio de residencia (7,5 en todos los casos).

Atendiendo al lugar de nacimiento, las personas nacidas en Álava y Gipuzkoa, con una nota de 7,6, superan a las de Bizkaia, que obtienen un 7,5, apreciándose la valoración más baja entre las personas nacidas en el extranjero (7,4).

Vivienda y entorno

Para el indicador satisfacción con la vivienda y el entorno (7,2), los mejores valores se obtienen entre las personas que manifiestan tener muy buena salud (7,5), seguidas de los hombres (7,4), que están más satisfechos que las mujeres (7,1).

Por territorios históricos, las personas que residen en Álava obtienen mejor nota (7,4), que las residentes en Bizkaia o Gipuzkoa (7,2 en ambos casos). Además, son las personas que declaran mala o muy mala salud las que arrojan el valor más bajo (6,7).

El indicador de estado de ánimo alcanza una media de 6,4 para el conjunto de la población (una décima menos que en 2018), obteniendo el valor más bajo entre las personas que declaran tener mala o muy mala salud (5,4) y el más alto entre quienes la valoran como muy buena (6,9).

El segundo valor más alto corresponde a los colectivos conformados por las personas mayores de 65 años y las inactivas, que otorgan una nota de 6,7.

A nivel territorial, son las personas residentes en Álava, cuya media alcanza un valor de 6,5, las que manifiestan un estado de ánimo más alto, frente a las residentes en Bizkaia y Gipuzkoa (6,4 ambas).

En cuanto a la estructura familiar, las parejas sin hijos convivientes obtienen la mayor nota (6,6) frente a los hogares unipersonales o parejas con algún hijo conviviente (6,2 en ambos casos). Este indicador obtiene mejor nota entre los hombres (6,6) que entre las mujeres (6,3).

Tiempo de ocio

El grado de Satisfacción con el tiempo de ocio obtiene una nota media de 6,6, siendo las personas de 65 y más años las que mejor valoran este indicador (7,6), mientras las comprendidas entre 35 a 49 años (5,7) obtienen la nota más baja.

También obtienen valoraciones altas tanto el colectivo de las personas inactivas, que obtienen un 7,6, como el de paradas (7,1), dato que contrasta con el de las personas ocupadas que valoran este indicador con un 5,8.

Los hombres (6,6) se sienten un poco más satisfechos que las mujeres (6,5), así como las personas residentes en Gipuzkoa y Bizkaia (6,6), en comparación con las que viven en Álava (6,5).

Atendiendo al tipo de familia, la mejor puntuación (7,1) se aprecia entre parejas sin hijos convivientes, frente a 6,2 de las parejas con algún hijo.

Economía doméstica

El indicador satisfacción con la economía doméstica (6,9) aumenta a medida que lo hace la salud percibida, variando desde el 6,1 entre las personas que manifiestan tener mala o muy mala salud al 7,3 de las personas que declaran que su salud es muy buena.

Las personas paradas (6,2), que experimentan un aumento de 5 décimas respecto a 2018, están menos satisfechas que las ocupadas (6,9) o las inactivas (7,0).

Por territorios históricos de residencia, todas las personas están igualmente satisfechas (6,9) y, en cuanto a la edad, el valor más alto (7,2) corresponde al grupo comprendido entre los 16 y 24 años, cuatro décimas por encima del comprendido entre 50 y 64 años (6,8) y tres más que el resto de franjas de edades (6,9). Según el tipo de familia, las parejas sin hijos obtienen un valor de 7,1, frente a las conformadas por una sola persona y las parejas con algún hijo (6,6 en ambos casos).

Confianza

El indicador Confianza en las personas (6,3) ha descendido dos décimas respecto a 2018 y alcanza su mayor puntuación entre las personas que afirman tener muy buena salud y las comprendidas entre 16 y 24 años (6,6 en los dos casos), mientras que las personas procedentes del extranjero (5,7) y quienes manifiestan tener mala o muy mala salud (5,8) obtienen las valoraciones más bajas.

La confianza en las personas es «alta» para el 32% de la población, mientras que es «baja» para el 15,9%. Las mujeres (6,4) confían un poco más que los hombres (6,3), así como las personas residentes en Gipuzkoa (6,4) lo hacen más que las de Álava y Bizkaia (6,3 en los dos territorios).

Poderes públicos

Solo un 5,6% de la población confía «mucho» en los poderes públicos, frente al 45,2% que confía «poco». Pese a ser el único indicador que no alcanza el aprobado (4,6 de media), este ha experimentado un notable ascenso en todos los grupos analizados respecto de la edición de 2018, con un resultado de 6 décimas más como promedio.

Atendiendo al lugar de procedencia, los valores más altos corresponden a las personas procedentes del extranjero (único colectivo que aprueba con un 5,3 a los poderes públicos), y a las nacidas en otras comunidades (4,7). En este contexto, las nacidas en Álava aportan el dato más bajo (4,3).