Acto de entrega de los los restos de dos víctimas del Barranco de Víznar a sus familiares. | ARSENIO / EUROPA PRESS

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El parque de la Libertad del municipio de Víznar (Granada) ha acogido este viernes la ceremonia de homenaje y acto solemne de entrega a los familiares de los restos humanos de dos víctimas del Barranco de Víznar. En el acto han participado el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez; el subdelegado del Gobierno, José Antonio Montilla; el alcalde de Víznar, David Espigares, y el rector de la Universidad de Granada (UGR), Pedro Mercado, entre otras autoridades además de la presencia de familiares de las víctimas y vecinos.

De acuerdo con el plan establecido por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, desde el año 2021 se llevan a cabo las exhumaciones y análisis de los restos recuperados de varias fosas comunes en el barranco de Víznar bajo la dirección del Profesor Francisco Carrión, de la Universidad de Granada.

Además de llevar a cabo la recuperación de todos los cuerpos, más de un centenar según el censo, la subdelegación del Gobierno en Granada ha indicado en una nota que también se están realizando otras operaciones. Mediante técnicas científicas, se están ejecutando excavaciones arqueoforenses, análisis antropológicos forenses y la identificación genética entre los restos óseos y los familiares de las víctimas, así como identificaciones craneofaciales mediante el uso de escáneres 3D.

En este contexto, el secretario de Estado de Memoria democrática ha subrayado que «este proceso se realiza en aras de establecer la verdad objetiva de la historia, promover la justicia, brindar el reconocimiento y la reparación que merecen». Además de «servir de referente de garantía de no repetición, conforme a lo establecido por la Ley de Memoria Democrática», ha agregado.

Se estima que en este conjunto de fosas comunes fueron inhumados, entre otros, ocho profesores de la UGR, entre ellos su Rector Salvador Vila, arabista de 32 años, que fue detenido en Salamanca, la ciudad donde le sorprendió la sublevación, traído a Granada y fusilado el 22 de octubre de 1936. A Vila se le reconoció, junto a otros profesores y personal administrativo, con la Declaración de reconocimiento y reparación personal en un acto celebrado en el hospital granadino de San Juan de Dios.

Adarve y rosales, las dos víctimas exhumadas

Este sábado se ha hecho la entrega a sus familiares de los primeros restos identificados genéticamente pertenecientes a Juan de Dios Adarve y Antonio Rosales.

En concreto, Adarve era vecino de El Fargue (Granada) gozaba de una posición acomodada gracias a su empleo como escribiente en la Fábrica de Pólvoras y Explosivos. Afiliado al PSOE, ocupó puestos en la directiva de la Sociedad de Obreros de la fábrica afecta a la UGT así como en la sociedad benéfica existente en la barriada.

Como testimonia su nieta María del Rosario Adarve, su casa era lugar de encuentro y discusión política. A pesar del control que los militares ejercieron sobre el municipio desde el 20 de julio de 1936, Adarve intentó mantener una resistencia velada al golpe procurando la movilización de sus compañeros llegado el momento preciso, en espera de una ofensiva republicana que nunca llegó a concretarse.

Su convencimiento de estar libre de cualquier delito evitó su huida a tiempo, siendo detenido el día 1 de agosto de 1936 e internado en la Prisión Provincial. En la madrugada del 24 al 25 de agosto fue trasladado al Barranco de Víznar, como testimonió Antonio Mendoza --uno de sus enterradores--, donde fue asesinado con 41 años dejando esposa y un hijo.

Asimismo, Rosales, natural de Guadix y vecino de Granada, se desempeñó como enfermero en el Hospital de San Juan de Dios de la capital. Miembro de la directiva del sindicato de enfermeros, fue detenido junto a otros compañeros el día 29 de julio de 1936 acusado de haber abierto fuego desde el tejado del hospital contra las fuerzas sublevadas, además de haber colaborado con Virgilio Castilla, presidente de la Diputación, en el reparto de armas al pueblo.

Detenido en la Comisaría de la calle Duquesa, fue internado en la Prisión Provincial durante la instrucción de un proceso sumarísimo con el número 101/36 cuyo resultado fue su supuesta puesta en libertad. La realidad es que fue trasladado al Barranco de Víznar en la madrugada del 24 al 25 de agosto, lugar en el que fue asesinado.

Su cuerpo fue visto entre un grupo de cinco cadáveres «en un pequeño barranco próximo a la carretera» por María Alcalá en la mañana del día 25, como hace constar en su declaración con motivo del expediente instruido para la inscripción fuera de plazo de su «defunción» en el Registro Civil. Asesinado con tan solo 35 años, Rosales dejaba mujer y dos hijos, que se vieron avocados al exilio, marchando a Argentina.