La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha convocado este martes a la Comisión Permanente de la Sequía 2023 tras presentar el informe del año hidrológico 2022/2023, en el que el 85% de la cuenca sufrió una sequía prolongada y el 45% se situó en situación de emergencia por escasez. El documento destaca que no se producía una sequía de esta intensidad desde los años 90.
Ello ha puesto a prueba el sistema de gestión del agua y los planes especiales de sequía, vigentes desde 2007, además de demostrar la «eficacia», «vigencia» y «utilidad social» de la aplicación de esta gestión desde el principio de unidad de cuenca, según el organismo regulador.
El informe realiza un análisis de la sequía, más allá de la mera descripción hidrológica, que profundiza en los impactos económicos, sociales y ambientales en todos los territorios de la Cuenca del Ebro y en la Cuenca en su conjunto. En este sentido, las pérdidas por la sequía de 2023 a nivel nacional se cifran en más de 10.000 millones de euros, con impacto en todas las actividades económicas.
También se recopilan las medidas adoptadas y se realiza una propuesta de mejoras para las futuras sequías. Así, durante la sequía de 2023 se puso de manifiesto, entre otros muchos aspectos, el importante papel del Sistema Automático de Información Hidrológica del Ebro (SAIH Ebro) como una herramienta imprescindible para aportar información clave de la evolución de los recursos hídricos, el papel esencial de los embalses y de su gestión participativa en el ámbito de las juntas de explotación de la CHE durante todo el periodo, la necesidad de mantener la vigilancia de los vertidos y los aprovechamientos y la imprescindible colaboración y la corresponsabilidad de todos los actores implicados --administraciones públicas, usuarios y sociedad en general--.
Asimismo, en la reunión de la Comisión se ha resaltado el enfoque ambiental mantenido en esta sequía, ya que ha sido la primera gran sequía en la que hay establecidos caudales ecológicos en todas las masas de agua, los aspectos ambientales ligados a la disminución de los volúmenes de agua en los embalses y el importante papel de la comunicación, referente sobre el que trabajar en el futuro.
Por último, la CHE ha avanzado que, en el futuro inmediato, se va a revisar el Plan Especial de sequías, que se encuentra en fase de evaluación ambiental ordinaria, y del Plan Hidrológico del cuarto ciclo, que se espera aprobar a finales de 2027.
Una de las principales ideas en torno a las que girarán estos documentos es el impulso, todavía más decidido, del uso eficiente del agua para avanzar y resistir mejor en las sequías del futuro.
Sequía 2024 en aragón y tarragona
Por otro lado, en la página web de la CHE se ha abierto un nuevo apartado en el que ya se están recogiendo los efectos de la sequía de 2024, de mucha menor intensidad que la del año pasado, pero que está afectando a algunas cuencas especialmente --Huerva, Guadalope, Ciurana-- y que está obligando a adoptar medidas específicas.
Esta situación refleja, una vez más, la realidad de la cuenca del Ebro, donde es habitual que siempre haya alguna cuenca en situación de dificultad en atender las necesidades de agua por problemas de escasez.
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