Archivo - Una mujer mayor espera para cruzar una calle, con ayuda, por el centro de la ciudad, | Jesús Hellín - Europa Press - Archivo

TW
0

Un 32,9% de vascos con personas dependientes a su cargo asegura tener muchas dificultades para conciliar el trabajo con su cuidado en 2023, lo que supone 4 puntos porcentuales más que en 2022, según la encuesta de la conciliación de la vida laboral y personal 2023 elaborada por Eustat.

La encuesta, publicada este miércoles por el Instituto Vasco de Estadística, recoge un aumento del porcentaje de personas ocupadas residentes en Euskadi que afirma tener grandes dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar y la personal.

Según los datos de Eustat, este mismo grado de dificultad, pero con respecto al cuidado de sus hijos e hijas, lo percibe el 29,2% de la población ocupada, un 1,1 punto porcentual más que en 2022.

Además, el 27,7% de las personas ocupadas manifiesta tener un alto grado de dificultad para conciliar el trabajo con la realización de actividades personales, 3,7 puntos porcentuales más.

Desde el punto de vista de las diferencias entre mujeres y hombres, destaca que el porcentaje de personas ocupadas que declara tener una alta dificultad para compaginar el trabajo con estos aspectos de la vida es ligeramente mayor en las mujeres que en los hombres.

Las diferencias entre el tiempo diario dedicado por hombres y mujeres a los cuidados y a las labores de hogar alcanzan en 2023 sus valores mínimos. Tomando como referencia la situación hace diez años y en lo que respecta a los cuidados de personas dependientes y a las labores de hogar, la diferencia se reduce en 0,4 horas y en cuanto al cuidado de hijos disminuye en 0,7 horas.

A pesar de que las diferencias van disminuyendo a lo largo del tiempo, siguen siendo las mujeres las que más tiempo dedican a estos aspectos. Así, las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos o hijas menores de 15 años destinan de media 1,1 horas más al día a su cuidado que los hombres que se encuentran en la misma situación (4,7 y 3,6 horas, respectivamente).

Asimismo, en cuanto a las horas dedicadas por las personas ocupadas al cuidado de las personas dependientes a su cargo, las mujeres ocupadas dedican de media 0,4 horas más al día que los hombres (2,3 y 1,9 horas, respectivamente).

En cuanto al reparto de las tareas domésticas entre los ocupados y las ocupadas, las mujeres dedican también 0,4 horas más al día que los hombres a dichas tareas (2 y 1,6 horas, respectivamente).

El desigual reparto de funciones en la realización de las tareas domésticas motiva que el 13,3% de las mujeres ocupadas esté muy insatisfecho con la colaboración que ofrece su cónyuge o pareja. En contraposición, 76,6% de hombres ocupados está muy satisfecho con la participación de su pareja.

A pesar de estas valoraciones, el porcentaje de hombres que declara estar muy satisfecho con el tiempo que dedica a las labores de hogar (55,6%) es similar al de las mujeres (51%).

Según destaca Eustat, por primera vez desde que se realiza la encuesta, son los hombres ocupados los que expresan una mayor satisfacción tanto con el tiempo dedicado al cuidado de su descendencia como a sus personas dependientes.

En ese sentido, el 59,6% de los hombres asegura sentirse satisfecho con respecto al cuidado de su descendencia y el 42,5% con respecto a las personas dependientes. Entre las mujeres ocupadas estos porcentajes descienden a un 58,9% y 40,8%.

En cuanto al nivel de satisfacción con el tiempo dedicado a actividades personales, el 48% de la población ocupada asegura estar muy satisfecha, siendo los hombres los que perciben una mayor satisfacción, el 51,8%, frente al 44% de las mujeres.

Satisfacción con el trabajo

En lo que respecta a la satisfacción en general con el trabajo, la valoración general es de 7,4 (sobre 10), con algunas diferencias según aspectos concretos.

El aspecto peor valorado es el de la promoción laboral con un 4,0, seguida por la flexibilidad de horarios con un 6,3, el descanso durante la jornada laboral con un 6,6 y la remuneración salarial con un 6,8. Los aspectos más valorados son la jornada laboral con un 7,3, las vacaciones y permisos con un 7,4 y la estabilidad con un 7,8.

El 20,7% de la población ocupada tiene que dedicar, de forma habitual, más horas de las establecidas o previstas a su trabajo, aspecto en el que se produce un ascenso de 3,9 puntos porcentuales respecto a 2022. Otro 16% tiene que prolongar su jornada algunas veces, 1,5 puntos porcentuales menos que hace un año.

Por otra parte, el 15% de los hombres ocupados cree que le resultaría muy negativo pedir un permiso de paternidad. Sin embargo, solo un 8,9% de los hombres opina que la paternidad les podría afectar de manera sensible, frente al 24,7% de las mujeres ocupadas, que considera que la maternidad puede crear desigualdades de promoción.

El temor a que solicitar excedencias o jornadas reducidas por motivos familiares afecte a la trayectoria profesional es mayor entre las mujeres que entre los hombres, 29,3% y 23,3%, respectivamente.

Dentro de las distintas medidas que pueden facilitar la conciliación de trabajo, familia y vida personal, las ausencias esporádicas del trabajo están al alcance del 69,7% población ocupada, seguidas por la posibilidad de pedir días sin sueldo (63,5%).

Además, el 47,8% de la población ocupada manifiesta una dificultad baja para conseguir excedencias y el 48,7% para lograr reducciones de jornada.

En cuanto al horario flexible de salida y respecto a 2022, se aprecia un descenso de 1,6 puntos en el porcentaje de personas que disfrutan de esta medida que facilita la conciliación. Si en 2022 el porcentaje era del 52,6%, en 2023 el porcentaje baja hasta el 51%.

Los hombres son los más beneficiados, ya que un 56,5% disfruta de la flexibilidad horaria frente al 45,3% de las mujeres. En cuanto al trabajo en el propio domicilio, el porcentaje de personas que trabajan en esta modalidad, con mayor o menor intensidad, es del 15,8%, 2 puntos menos que en 2022.

Por un lado, la proporción de los que trabajan al menos la mitad de los días se sitúa en el 6,8%, 1 décima porcentual más que en 2022 y 4 puntos porcentuales menos que en 2020, cuando se alcanzó el mayor porcentaje (10,8%).

Cuando el trabajo en el propio domicilio se realiza ocasionalmente, el porcentaje alcanza el 9%, experimentando una bajada de 2,1 puntos porcentuales con respecto a 2022 y una subida de 1,7 respecto a 2020.

Con respecto a los diferentes tipos de jornada, se percibe un descenso sostenido del porcentaje de personas que tienen jornada partida. Si bien en 2013, el 40,8% de las personas trabajaba únicamente en jornada de mañana y tarde, en 2023 este porcentaje se sitúa en el 27,5%, aumentando, por tanto, el porcentaje de personas que tienen jornada continuada (del 51,6% en 2013 al 59,8% en 2023) o mixta (del 7,7% en 2013 al 12,8% en 2023).

En los hogares en los que ambos miembros de la pareja están ocupados, el cuidado de menores durante la jornada laboral del padre o la madre corresponde, en el 91,1% de las ocasiones, a los centros escolares, en el 4% a ambos ocupados y en el 3,2% de los casos a familiares o personas sin remuneración.

En estos mismos hogares, el cuidado esporádico de menores cuando, durante la jornada laboral hay que llevarlos al centro de salud, están enfermos o no tienen colegio, se lleva a cabo en el mayor de los casos por ambos progenitores (61,5%) y, con menor frecuencia, por familiares o personas sin remuneración (20,3%), por la madre (10,4%) o el padre (4,7%).

Finalmente, con relación a las preferencias laborales, el 84,3% de la población ocupada se decanta por la condición de asalariado, frente al 15,7% que opta por la de autónomo. Además, el 59,2% prefiere trabajar en el sector público, frente al 40,7% que elige el sector privado.