Las dos belugas rescatadas de Ucrania, Plombir y Miranda, durante una sesión veterinaria en el Oceanogràfic de Valencia, a 1 de julio de 2024, en Valencia. | Rober Solsona - Europa Press

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Las dos belugas rescatadas de un acuario en Ucrania, Plombir y Miranda, siguen en su fase de adaptación a su nueva vida en el Oceanogràfic de València, lejos de los bombardeos, donde cada vez están siendo más receptivas a las estimulaciones de los cuidadores.

Estos dos animales, que habitaban en el acuario de Járkov, fueron traslados de forma exitosa a València en un «complejo» operativo que se desarrolló en 48 horas y en el que trabajaron especialistas en mamíferos marinos del Oceanogràfic de València y de los acuarios americanos de Georgia Aquarium y SeaWorld.

Los responsables de este acuario valenciano han recordado que cuando llegaron, el pasado 18 de junio, el macho sí que volvió a comer pronto, tras el estresante viaje hasta València, pero la hembra tardó algo más de tiempo en aclimatarse a su nuevo hogar. Por ello, destacan la necesidad de que ambas belugas convivan en un entorno «más o menos controlado» que les pueda ofrecer un espacio «en calma» para que reciban ese nuevo entorno como positivo.

Así lo ha detallado Daniel García, director de operaciones zoológicas del Oceanogràfic, quien ha explicado que las dos belugas estaban habituadas a vivir en un recinto con una sola piscina, por lo que les parecía «extraño» cruzar las puertas para salir a las otras piscinas de estas instalaciones.

«Ahora mismo estamos trabajando en que vayan conociendo su hábitat antes de integrar a Miranda y Plombir con el resto de los animales», ha señalado García, quien ha indicado que ambas belugas gozan de un buen estado de salud tras las reiteradas pruebas que les han ido realizado el equipo de veterinarios del Oceanogràfic.

Una de las que han ido llevando a cabo estos días son las pruebas termográficas de la boca, que permiten, a través de una cámara térmica, tomar la temperatura y que, según el color en cada píxel de la pantalla, se perciba si hay algún tipo de inflamación, algún diente, alguna infección o alguna úlcera. Algo que también llevan a cabo en el resto del cuerpo del animal para detectar posibles inflamaciones, contusiones y lesiones.

Ahora, casi 15 días después de su llegada a València, ya empiezan a jugar con juguetes y están, poco a poco, conociendo también con las otras dos belugas que ya están en este acuario, Yulka y Kylu, a través de las compuertas. «Todo es parte del periodo de adaptación, y ahora estamos trabajando mucho en que aprendan a cruzar las puertas», ha detallado García.

Una nueva familia de belugas en valència

Respecto al proceso de integración en el tanque con las otras dos belugas que ya residen en el Oceanogràfic, García ha indicado que, de momento, solo ha habido contacto visual entre estos cuatro animales y que todavía no saben cuándo podrán reunirles en un mismo espacio.

«Realmente ese plazo nos lo darán los animales según vayan evolucionando, y es verdad, que cuando se conocen por primera vez es normal que pueda existir cierta reactividad», ha comentado el responsable de Zoología del Oceanogràfic, quien ha recordado que estos mamíferos marinos son muy acústicos por lo que también se está desarrollando cierta comunicación entre los cuatro animales.

Los cuidadores están monitorizando los silbidos con los que se comunican estas belugas, y han percibido que tienen dialectos diferentes debido a su procedencia. «En función de ese tipo de silbidos también podemos saber si esa relación entre ellos es más agresiva o no. La hembra hemos percibido que tiene muy buena afinidad con una de las belugas que ya está en València pero el macho es el más dominante y necesita más tiempo de adaptación», ha señalado.

No obstante, García ha recordado que en este acuario intentan siempre unir a grupos de animales, --«no queremos que se haga de forma individual», ha dicho-- lo que implica más tiempo de adaptación. En este caso, creen que no debería «tardar demasiado» este proceso ya que consideran que para estos animales crear una nueva familia de belugas en este acuario será algo «súper positivo»: «Las belugas son animales gregarios y viven en grupo por lo que toda la parte de sociabilización es muy importante».