Las pinturas «parlantes» del pintor valenciano Antonio Muñoz Degraín llenan de «color» y «luz» las salas del Museo de Bellas Artes de València en una muestra que tiene como objetivo reivindicar su figura y su aportación a las bellas artes entre finales del XIX y principios del XX.
'Antonio Muñoz Degraín. El paisaje de los sueños' cuenta con un conjunto de 52 obras procedentes del Museo de Málaga, que ha cedido 12 pinturas de su colección; la Biblioteca Nacional de España, con el préstamo de seis de los veinte lienzos sobre el Quijote y el Museo Nacional del Prado, que ha prestado cuatro pinturas. A ellas se une el Museo de Bellas Artes de València, del que procede el grueso de la exposición, con 30 obras de su colección pictórica.
La muestra --que se podrá visitar desde hoy hasta el próximo 13 de octubre-- se ha presentado este jueves en el Museo de Bellas Artes de València y ha contado con la presencia de la directora general de Patrimonio Cultural, Pilar Tébar; el director del museo y co-comisario de la exposición, Pablo González Tornel, y la historiadora del Arte y profesora de la Universitat de València, Ester Alba Pagán, también co-comisaria.
Muñoz Degraín está considerado como uno de los creadores más singulares y originales de su tiempo, conectado con los planteamientos estéticos más innovadores, y precursor de la modernidad artística en España.
Degraín pertenece a la nutrida generación de artistas de finales del siglo XIX que dio a la pintura valenciana de este momento el calificativo de 'Edad de Plata de las Artes'. Su búsqueda constante de nuevas y originales formulaciones estéticas refleja a un pintor de «gran inquietud, interesado constantemente por la exploración y la experimentación», según los expertos.
González Tornel ha explicado que la muestra busca reclamar la importancia de la figura de Antonio Muñoz Degraín dentro de la modernidad pictórica española y que, a través del extenso catálogo que se expone, que cuenta con las obras «más significativas» del artista, el público pueda entender su arte porque, según ha subrayado, sus contemporáneos «no lo entendieron nunca».
"el gran corruptor de la juventud artística valenciana"
En este sentido, el director del museo valenciano ha asegurado que figuras como Miguel de Unamuno o Salvador Dalí llegaron a cuestionar la forma de proceder de Degraín considerándolo «colorinista», en vez de «colorista», o afirmando que era «el gran corruptor de la juventud artística valenciana» y que «estaba destrozando la carrera a todos, enseñando a hacer paisaje como no se debía hacer».
Así, ha apuntado que la exposición, que se enmarca en el centenario del fallecimiento del pintor --el 12 de octubre de 1924--, es el «anticlímax» del Año Sorolla que «copó todo» y que «contó con un gran respaldo a nivel nacional».
Por ello, ha indicado que desde el museo sentían la necesidad de resituar a este pintor valenciano --que la sociedad no conoce tanto-- a través de una exposición antológica que «fuera capaz de reunir en un mismo espacio las muestras más significativas de sus principales colecciones».
"enorme singularidad"
«Es un pintor que, a base de haber sido entendido como 'ese paisajista que pintaba en tiempos de Sorolla', no se le ha dedicado la atención que merece su enorme singularidad porque es un personaje que escapa a cualquier clasificación dentro de la Escuela Valenciana de Pintores de entresiglos. No tiene nada que ver con Pinazo, no tiene nada que ver con los Benlliure y no tiene nada que ver con Joaquín Sorolla», ha resaltado González Tornel.
También ha recordado que Antonio Muñoz Degraín donó en 1913 «más de medio centenar de obras al Museo de Bellas Artes convirtiéndose en uno de sus principales benefactores» y ha afirmado que «en el centenario de su fallecimiento, esta exposición pretende subrayar »la modernidad de Muñoz Degraín, precursor del paisaje simbolista en España que escapa de cualquier clasificación", ha concluido el director.
En este sentido, Esther Alba ha indicado que el pintor valenciano se caracteriza por obras «de grandísimos formatos y temáticas magníficas, sublimes, extraordinarias y con prioridad literaria».
«Estas obras se conjugan en una manera de orquestación dramática, pero también temática en sus composiciones y son obras que están llenas de pequeños detalles en los que uno en la contemplación, a simple vista, puede incluso perderse», ha detallado.
Expresarse a través del color
Asimismo, ha asegurado que dentro de cada detalle en las obras de Muñoz Degraín se pueden encontrar «anécdotas y cosas muy concretas que requieren mucho tiempo de contemplación» y donde el uso de las nuevas tecnologías «nos permite no solamente adentrarnos en facetas como puede ser la gestualidad del pincel del pintor: cómo compone, cómo se expresa, a través del color, sino también nos permite captar algunos detalles que, de otra manera, pasan fácilmente desapercibidos», ha indicado.
«Estamos ante pinturas parlantes, pinturas trágicas, que ante la forma de representar el propio paisaje, nos anuncian también de manera simbólica aquello que el pintor quiere expresar. Imágenes de paisajes donde la luz juega un papel fundamental», ha precisado Alba.
En esta línea, ha invitado al público a que observe «la manera con la que expresa el color, la potencia del empaste, la potencia de utilizar lo matérico de una manera absolutamente expresiva en sus lienzos, justo donde quiere incidir en la luz».
Por su parte, la directora general de Patrimonio Cultural ha destacado que se trata de una exposición «muy esperada» que cuenta con un montaje «sublime» y «novedoso» que permite contemplar la «inmensidad» de los paisajes de Muñoz Degraín gracias a los vídeos que evidencian la categoría del artista.
Seis secciones para conocer a muñoz degraín
La exposición está dividida en seis secciones: en la primera, 'La imagen del pintor', se muestra la imagen del pintor proyectada a través de los pinceles de artistas, amigos y colegas, como Julio Vicent, Miguel Blay, Joaquín Agrasot, Francisco Domingo o Joaquín Sorolla.
La segunda sección, 'Realidad en historia', aborda la preocupación por el naturalismo y la necesidad de generar composiciones con las que competir en los grandes certámenes nacionales, en las que la pintura de historia ofrecía un éxito seguro, que fueron una pulsión constante en los años de formación del artista valenciano.
En la tercera de las secciones, titulada 'Fantasías literarias', el público conocerá la inspiración que grandes obras de la literatura como el Quijote de Cervantes, Ofelia u Otelo y Desdémona de Shakespeare o incluso composiciones operísticas de Wagner produjo en Muñoz Degraín, con obras de una gran originalidad en la temática.
Su interés «desmedido» por lo exótico que representaban países y culturas que conservaban «un tipo de vida ajena a la modernidad y racionalidad europeas» conforma la cuarta sección de la muestra, 'Oriente como faro'.
La quinta sección, 'El paisaje de los sublime', presenta el gran protagonismo que el color, la luz y la representación de la naturaleza en las que el paisaje se sublima y muestra la grandiosidad, la magnificencia y el aspecto terrible de la naturaleza.
'Atmosfera y nocturnidad' es la última sección y en ella se hace patente la modernidad de Muñoz Degraín desvelada en sus obras a través de su interés por la constante experimentación con la luz y el color.
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