El consejero municipal de Urbanismo, Víctor Serrano, en rueda de prensa. | Europa Press

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El consejero municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano, ha informado este lunes, en una rueda de prensa, de que se han alcanzado acuerdos «históricos» para «desbloquear» las cicatrices urbanas de Aceralia y del antiguo colegio Jesús y María.

Con respecto a Aceralia, «se conseguirá dar solución definitiva, tras 22 años de parálisis y proyectos fallidos, a los suelos de la antigua fábrica de Aceralia, en el distrito de El Rabal», ha apuntado Serrano, gracias a un «acuerdo histórico» entre Urbanismo y los propietarios mayoritarios de los suelos, aunque ha reconocido «presiones y generosidad» entre las partes para alcanzar un acuerdo, «como en todo pacto».

Los propietarios son la Sociedad Anónima Industrias Celulosa Aragonesa (SAICA) y de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), con la empresa Prames, la Fundación Picarral y los vecinos del entorno.

De este modo, se llevará la aprobación definitiva de la modificación parcial del Plan General de Ordenación Urbana para la transformación de estos 159.080 metros cuadrados de suelos, situados entre la avenida del Alcalde Caballero y los caminos de los Molinos y de la Corbera Baja, a la Comisión de Urbanismo e Infraestructuras que se celebra esta semana.

«La modificación propuesta ahora define un área de intervención de suelo urbano no consolidado de usos mixtos --residencial e industrial--», ha explicado Serrano.

La ordenación final de los terrenos quedará de tal forma que al sur, junto a la actual fábrica de SAICA habrá una gran manzana industrial de 40.244,51 metros cuadrados, que lindará en su zona oeste, junto al actual edificio de la Fundación Picarral.

En el centro se construirá un gran parque o zona verde de 12.824 metros cuadrados, que irá junto al barrio consolidado, y una parcela para equipamientos de 12.859 metros cuadrados. Al norte quedarán dispuestas las 850 viviendas repartidas en seis manzanas de edificios de 39.394 metros cuadrados, con sus calles y espacios públicos. Los viales públicos tendrán capacidad para 390 nuevas plazas de estacionamiento.

En este sentido, Serrano ha recordado que la transformación de estos suelos ya se preveía expresamente en el PGOU de 2001 y hubo otros intentos de modificaciones «que no contaron con el beneplácito de los propietarios de los suelos y que llegaron incluso hasta los tribunales de justicia, que les terminó dando la razón con una sentencia del Tribunal Supremo en 2012, anulando así la propuesta municipal en aquel momento».

No obstante, este «histórico acuerdo» reduce de forma «radical» la edificabilidad del área, que pasa a 125.025 metros cuadrados y a 850 viviendas, de las que 50 serán protegidas y habrá otras 77 libres que recaerán también en el Ayuntamiento de Zaragoza. La altura máxima de los edificios residenciales será de seis plantas más ático.

Asimismo, la propuesta final evidencia una mejora en la ordenación del ámbito, tanto en la funcionalidad viaria como en la adecuada disposición de usos, dando continuidad al viario que limita con la parcela industrial hasta el límite con el lindero este --vías ferroviaria--; al tiempo que favorece la adecuada integración de usos industriales con residenciales, zona verde y equipamiento.

Traslados

En esta reordenación, la empresa Prames se trasladará a otra parcela más alejada de la zona residencial de 3.756 metros cuadrados y con mayor superficie edificable; y de la Fundación Picarral tendrá para su uso una parcela anexa calificada como equipamiento privado de 1.089 metros cuadrados.

Serrano ha insistido en el «consenso» alcanzado en torno a «una propuesta equilibrada» y ha asegurado que será bueno para la ciudad de Zaragoza. Ha confiado en el avance del plan y ha incidido en fomentar la eliminación de esos espacios vacíos que bloquean el desarrollo orgánico del urbanismo y la movilidad de la ciudad, sobre todo «por una dignificación de estos terrenos en desuso para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos en los barrios de la ciudad».

Suelos de jesús y maría

Por otra parte, Víctor Serrano se ha referido a la cicatriz urbanística que generan los 8.952,03 metros cuadrados sin uso del antiguo Colegio Jesús y María, en el centro de la ciudad.

Ha adelantado que la Comisión de Urbanismo de Infraestructuras someterá a votación la aprobación definitiva de la modificación aislada del PGOU relativa a la parcela que ocupaba el antiguo centro educativo y que lleva casi treinta años sin uso. En este sentido, Serrano se ha remitido al procedimiento iniciado hace casi cuatro años y cuya resolución es «necesaria y ajustada al interés público».

Sin embargo, esta aprobación definitiva quedará demorada hasta que se firme un convenio entre Ayuntamiento y promotores, en el que se pacte la forma de cumplimiento de las cesiones derivadas; y que los propietarios elaboren y aporten el último proyecto con las rectificaciones contenidas en los informes emitidos por los servicios municipales, al que la corporación mostrará conformidad, si la documentación aportada es completa y correcta.

Para no demorar más la tramitación, ha precisado Serrano, los funcionarios establecen que el convenio deberá ser formalizado antes del próximo 30 de septiembre de 2024 y «si en dicho plazo no se alcanzara el acuerdo de voluntades, se podría finalizar de oficio la tramitación del procedimiento y el Ayuntamiento, en el ejercicio de su potestad pública de planeamiento, podría partir de la petición planteada por el propietario del suelo e introducir los ajustes que resulten oportunos, como, por ejemplo, la reducción de edificabilidad residencial».

Los suelos del antiguo Colegio Jesús y María ocupan una superficie de 8.952,03 metros cuadrados y la propuesta que se lleva a consideración propone materializar la edificabilidad residencial total de 28.891,46 metros cuadrados, con una capacidad para 160 viviendas libres en una única parcela de 3.370,32 metros cuadrados de superficie, recayente a la avenida de Goya y a la calle de Cortes de Aragón, y se cederían al municipio los 5.581,97 metros cuadrados restantes.

Por lo tanto, la operación supondría un área con 160 viviendas libres, rebajándose así en 50 las expectativas originales de los promotores de 210; una parcela municipal libre de cargas, que coincide con la antigua edificación del centro educativo en sí; y una compensación económica de a favor del ayuntamiento, que el Consistorio quiere que se reciban mediante la construcción de un equipamiento público para la ciudadanía en la parcela que quedaría en propiedad municipal.

A este respecto, el consejero municipal de Urbanismo ha añadido: "Conseguiremos así borrar del mapa otro vacío urbano que está empobreciendo esta zona de la ciudad.

«Estamos centrados en la regeneración de los barrios y en la dignificación de la escena urbana, devolviendo la actividad a terrenos que mejorarán la calidad de vida de los vecinos en los distintos distritos de la ciudad», ha aseverado Víctor Serrano.