La economía aragonesa presenta una situación moderadamente positiva (2,5% PIB), impulsada por la construcción y la industria manufacturera, así como el crecimiento de la ocupación y de los salarios, en una tendencia que, a expensas de los riesgos geopolíticos, inflacionarios y de endeudamiento, se sostendrá a la baja en el próximo año (1,4% PIB), mientras resuenan grandes tareas pendientes como la mejora de la productividad y de la cualificación ante el anunciado gran caudal inversor en tecnología.
Así lo pronostica el servicio de estudios de Ibercaja, que considera posible un crecimiento consolidado y una mejora de la competitividad de la Comunidad con una estrategia adecuada que pasa por saber aprovechar la relevante atracción de inversiones de diferentes sectores anunciadas en los últimos meses. Y ello pese a que el gran impulso que el turismo imprime a la economía española es mucho menor en el caso aragonés.
La entidad ha dado a conocer su valoración de la coyuntura actual en la presentación este jueves del último número de la revista 'Economía Aragonesa', que ha contado con las valoraciones del director de Comunicación, Marca y Relaciones Institucionales de Ibercaja, Enrique Barbero, y del jefe de Análisis Económico y Financiero del banco, Santiago Martínez.
El general de las economías está aguantando «el tirón», según ha explicado Barbero, pese a todos los obstáculos que aparecen sobre el mapa geopolítico. Especialmente en el caso de la economía española y aragonesa, ello se debe al tirón del consumo, alentado a su vez por el alza de los salarios, que han absorbido tres puntos de la inflación; la bolsa de ahorro acumulado durante la pandemia, de la que se sigue echando mano; y el incremento de la propensión marginal al consumo entre la población.
Además, Barbero ha destacado la «resiliencia» del mercado laboral, con el número de cotizantes en «máximos históricos, las »ligeras revalorizaciones« del mercado inmobiliario y la situación general de las principales bolsas, en máximos también, »lo que genera un efecto riqueza sobre los hogares y estimula el ánimo inversor de las compañías.
En la variación interanual de los componentes del PIB en el primer trimestre de este 2024, Aragón destaca respecto a la media nacional en la inversión en construcción (8,3%) frente al 3,3% nacional, en exportaciones (7,1%) ante el -0,2% del conjunto del país fruto del notable tono del sector del automóvil y de la alimentación, bebidas y tabaco; y el consumo público (4,2%), cerca de un punto superior al del conjunto de España (3,4%). Además, el ajuste en las importaciones es mucho más acusado en la Comunidad (-2,5%) que la media nacional (-0,7%).
La situación aguanta pero los riesgos no desaparecen. Barbero ha advertido de los factores geopolítico y político, con los conflictos internacionales de Ucrania, ya cronificado, y de Gaza en vías de estarlo; las tensiones entre las grandes potencias mundiales y citas electorales como las de Estados Unidos o la de Francia, en la que las primas de riesgo tanto gala como española notaron su efecto de manera temporal, tal y como ha destacado Martínez.
Otro riesgo es que se pueda llegar a «enquistar» la inflación. Para Martínez, la peor etapa «está casi superada, falta un pequeño tramito, lo que permite que los tipos de interés se relajen», aunque el problema según ha apuntado Barbero puede estar en que no se logre devolver la inflación subyacente al entorno del 2% como se había establecido.
Deuda pública
Y como tercer factor amenazante, el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Ibercaja ha señalado las cuentas públicas: «Los hogares y las empresas ya se han desapalancado pero los estados no, estos han incrementado su endeudamiento en buena parte por la pandemia, pero algunas economías ya está apostando por o bien incrementar los ingresos o reducir los gastos según el tipo de gobierno o una combinación de ambas medidas y un posible crecimiento de las primas de riesgo puede hacerles afrontar de manera acelerada estas medidas», ha desarrollado.
Como «gran reto» de la economía aragonesa, Barbero y Martínez han establecido el de la cualificación del mercado laboral con el objetivo de que la economía de la Comunidad sea capaz de responder a la oferta actual no atendida y asimile la que las importantes inversiones anunciadas traerán.
«¿Hay que hacer mucho más y lo tienen que hacer las administraciones públicas, las propias empresas tecnológicas, que van a poner en marcha esas inversiones y que como planes de acompañamiento traen planes de formación y de cualificación del personal que acabará trabajando en sus empresas o en empresas auxiliares. Y también lo tienen que hacer las organizaciones empresariales y sindicales, todo el mundo, porque si no, mataremos la gallina a los huevos de oro», ha advertido Barbero, quien ha remarcado que la necesidad de perfiles «va a ser por decenas de miles, por decenas de miles».
Para ello, ha llamado a aumentar la disponibilidad de la población activa aragonesa y ser «importadores de talento» de «otras regiones y países o de talento aragonés que por las circunstancias de hace 10 o 15 años emigró y que va a tener una oportunidad clarísima de volver», ha concluido.
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