En una nota de prensa la organización ha apuntado que la situación de los agricultores y ganaderos andaluces se mantiene «inalterable» a diferencia de lo que muestran las estadísticas oficiales que hacen ver a la sociedad que «el campo no sufre». La organización ha vuelto a criticar en este mes de julio la gran diferencia de precios entre el campo y la mesa.
Una situación que se ha repetido en las ocho provincias andaluzas y que ha perjudicado «especialmente» a los cultivos de temporada como la sandía y el melón, con una diferencia del 547% y del 466%, respectivamente, entre lo que pagan a los agricultores y lo que pagan los consumidores. En origen la sandía está a 21 céntimos, mientras que en los lineales se encuentra a 1,36 euros de media. Para el melón, de los 30 céntimos en origen se pasa los 1,70 euros en el destino. El vicesecretario ha lamentado que «así podemos seguir con todos los productos, porque los agricultores sufrimos la política abusiva y especulativa de los intermediarios y de la gran distribución».
A esta situación se le ha sumado la falta de agua y de riego, lo que ha provocado que muchos cultivos se hayan dejado de sembrar, como el ajo y la cebolla, en provincias como Córdoba. UPA ha apuntado que para el sector, el ajo se ha pagado a 1,30 euros el kilo, mientras el consumidor ha abonado hasta siete euros. En cuanto a la cebolla, «la situación es peor» porque se le ha pagado a los agricultores a 0,27 céntimos el kilo y el consumidor ha pagado hasta 1,85 euros por kilo en el mercado. Otro de los productos afectados ha sido el del cereal que «esta por los suelos», el trigo duro se ha pagado a 0,30 el kilo y el blando a 0,25.
En este sentido, Moscoso ha apuntado «seguimos cobrando unos precios de ruina por los productos mientras que los consumidores pagan por encima del 1.000% en muchos casos en los lineales». «La diferencia entre lo que percibimos y lo que pagamos en las tiendas es desorbitada», ha abundado.
«Todos los productos consolidan la tendencia negativa para los dos eslabones más débiles de la cadena alimentaria», ha subrayado al tiempo que ha incidido en que «entre ellos destacan el maíz dulce, con una diferencia de hasta el 2.400%». «Le siguen la naranja, el limón y el tomate, que se venden por encima del 1.000% de incremento con respecto a lo que nos pagan a nosotros», ha apostillado.
Moscoso ha concluido valorando que «es cierto que ha habido más kilos de producción, pero a esos precios irrisorios no salen las cuentas, porque los costes han aumentado considerablemente». Además, ha señalado que los especuladores han tirado los precios para abajo, lo que ha impedido a los agricultores «vivir dignamente de su trabajo», y ha lamentado que «estamos cansados de que la especulación siga campando a sus anchas en una jungla donde impera la política abusiva del más fuerte».
Ante esta situación, ha reiterado su apuesta por la Ley de la Cadena Alimentaria, «un gran instrumento, pero necesitamos que se cumpla en su totalidad, que haya más sanciones ejemplarizantes». Asimismo, ha pedido que «se fuerce a cumplir con los contratos, que las administraciones autonómicas crean en ella y hagan los controles preceptivos que les corresponden y, sobre todo, que se ponga en marcha un Observatorio de Márgenes Comerciales para que todo el mundo conozca los beneficios que tiene cada actor de la cadena».
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