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La Comunidad de Madrid registró en 2023 un total de 580 casos de tuberculosis, lo que representa un aumento del 15,53% en el último año, con una incidencia de 8,59 casos por cada 100.000 habitantes, según los datos oficiales de la Comunidad de Madrid correpondientes al cierre del año.

De esta forma, durante el pasado año se contabilizaron 78 casos más de tuberculosis respecto al año previo, que cerró con 502 positivos y una incidencia anual de 7,44 casos por 100.000 habitantes, es decir 1,15 puntos menos que un año antes.

En lo que llevamos de año, hasta la semana 29 (21 de julio), se han contabilizado 330 casos de tuberculosis en la región, lo que supone 13 menos que en el mismo periodo de 2023, con una incidencia acumulada de 0,96 casos por cada 100.000 habitantes, por lo que la tendencia parece mantenerse, según los datos oficiales del Informe Epidemiológico semanal de la Comunidad de Madrid.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa provocada por un germen denominado 'Mycobacterium tuberculosis', al que se le conoce como bacilo de Koch, en honor a Robert Koch, que fue quien asoció la enfermedad al germen que la causa.

La enfermedad se transmite fundamentalmente por vía aérea, a través de la proximidad con personas enfermas. De esta forma, el paciente expulsa bacilos al hablar, toser, estornudar, de manera que a través del aire los bacilos son inhalados por la persona expuesta, que en Medicina se denomina contacto del paciente.

Esta persona expuesta puede no contraer la infección pues el bacilo puede ser eliminado por sus defensas físicas o bien puede penetrar en el organismo del contacto por vía aérea. El organismo se defiende del bacilo por medios de defensa inmunológicos (células, sustancias químicas), de forma que el bacilo penetra y está en el individuo de una forma latente, sin desarrollar enfermedad, es lo que se denomina infección tuberculosa latente.

Pero un 10% de las personas infectadas pueden desarrollar la enfermedad a lo largo de su vida; el bacilo entonces causa síntomas y afecta a cualquier órgano del cuerpo, principalmente a los pulmones. De esta forma, en relación con la tuberculosis una persona puede estar no expuesta, expuesta e infectada o enferma.

En la última década, se ha producido una disminución progresiva de la incidencia de tuberculosis en la Comunidad de Madrid, aunque de manera menos marcada que hasta 2014. En el 2020, con las restricciones por la pandemia, también disminuyó un 25% con respecto al año anterior. Todavía disminuyó un 1% más en 2021; en el 2022, con el levantamiento de las restricciones, la incidencia de la tuberculosis aumentó un 8,8%, y en el 2023, el aumento ha sido 15,5%. En cualquier caso, esta incidencia está todavía lejos de la de 2019, que fue de 9,2 por 100.000 habitantes.

Población extranjera

Si bien durante el pasado año la tasa de incidencia anual registrada fue de 8,59 casos por 100.000 habitantes, el 60,7% de ellos correspondieron a personas nacidas fuera de España (352), siendo su procedencia fundamentalmente América del Sur.

De esta forma, la tasa de incidencia en población nacida en el extranjero fue de 24,87, mientras que la tasa en nacidos en España se fijó en 4,27 casos por 100.000 habitantes.

Por género, durante el pasado año predominaron los casos que afectaron a hombres, funfamentalmente mayores de 74 años (15,7 casos por 100.000 habitantes), seguido por el de 25 a 34 años (13,19).

En el grupo de edad entre 25 y 64 años, el porcentaje de personas nacidas fuera de España supone el 76,8%. Además, se registraron 33 casos de tuberculosis infantil (5,7%) en menores de 15 años, lo que supone una tasa de incidencia de 3,32 casos por 100.000 habitantes en este grupo de edad, 1,21 puntos menos que en 2022, cuando la incidencia fue de 2,11.

Por distritos, la incidencia de tuberculosis por distritos varía entre los que superan los 18 casos por 100.000 habitantes en Usera, Vallecas y Villaverde y los 2,72 casos en Majadahonda. La incidencia registrada en el municipio de Madrid ha sido de 10,6 casos por 100.000 habitantes.

Situaciones de riesgo

La tuberculosis en muchas ocasiones produce síntomas poco específicos, es decir que se pueden dar en otras enfermedades. El riesgo de desarrollar esta enfermedad corresponde a aquellas personas que tienen enfermedades asociadas, principalmente infección por el virus del sida (VIH, virus de la inmunodeficiencia humana), pacientes con cáncer, fumadores, diabéticos, silicóticos.

La situación de riesgo asociada a la tuberculosis detectada con más frecuencia en la región durante el pasado año fue el tabaquismo (28,2%), seguida de la inmunodepresión (16,7%), diabetes (11,2%), y el alcoholismo (10,2%).

De los 580, 39 (6,7%) se produjeron en personas con infectadas por el VIH, lo que representa una tasa de incidencia de tuberculosis asociada a la infección por VIH de 0,57 casos por 100.000 habitantes, superior a la de 2022 (0,37). Asimismo, presentaron coinfección por VIH/sida el 6,9% de los pacientes.

El Registro Regional de Casos de la Comunidad incluyó 12 casos con el antecedente de estancia en prisión antes del inicio del tratamiento, además de 44 casos en forma de macroepidemias familiares, frente a los 15 registrados en 2022.

La localización anatómica más frecuente fue la pulmonar (72%), siendo la tasa de incidencia de tubercolosis pulmonar de 6,18 casos por 100.000 habitantes y la tasa de incidencia bacilífera de 2,29 casos por 100.000 habitantes.

En lo que llevamos de año, se han notificado 12 brotes de tubercolisis pulmonar, con 30 casos asociados, frente a los siete brotes registrados en el mismo periodo de 2023, con 22 casos, según los datos del último Boletín Epidemiolótigico de la Comunidad de Madrid recogidos por Europa Press.

De los 580 casos de 2023, 480 (82,6%) presentaron una única localización anatómica, 84 (14,5%) dos localizaciones y 16 (2,7%) tres localizaciones. Un total de 417 casos (72%) presentaron localización pulmonar, de los que en 337 era localización exclusiva y 80 presentaban también alguna otra localización extrapulmonar.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad se realiza con fármacos antituberculosos, los principales son rifampicina, isoniacida, etambutol y piracinamida. Estos cuatro fármacos se toman dos meses y la rifampicina e isoniacida cuatro meses más, por lo que la duración total del tratamiento es de seis meses. En la mayoría de los casos la enfermedad se cura si se hace bien el tratamiento durante los meses recomendados por lo que hay que hacer hincapié en cumplir bien el tratamiento.

Durante el pasado año, la atención hospitalaria fue el nivel asistencial donde se realiza con mayor frecuencia el diagnóstico (97,9%) y el 83,3% del total de casos cursaron con ingreso hospitalario. El seguimiento del 84,8% de los casos se realiza en consultas hospitalarias. En 133 casos (22,9%) se instauraron medidas para mejorar el cumplimiento del tratamiento.

Del total, se conoce la situación de seguimiento en el 95% de los mismos, de los cuales el 62,8% han completaron el tratamiento y el 20,3% de los casos continuaban. Fallecieron por otras causas 25 casos (4,3%) incluido VIH/sida y cinco (0,9%) fallecieron por tuberculosis antes de finalizar el tratamiento; a ocho pacientes (1,4%) se les retiró el tratamiento por prescripción facultativa; otros 30 casos (5,2%) se trasladaron a otra comunidad autónoma u otro país durante el seguimiento, y 29 casos (5%) se perdieron en el seguimiento.