Uno de los accesos a la presa que se han mejorado. | CHE

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La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha adjudicado las obras de mejora y adecuación de los firmes de las carreteras de acceso a la presa de Montearagón, en Huesca, desde Fornillos y Barluenga.

Las obras tienen una duración estimada de 4 meses y se han adjudicado por 477.000 euros. Durante la ejecución de las obras de la presa de Montearagón se desmontó el puente de Fornillos, ya que era el único elemento histórico que resultaba afectado por las aguas embalsadas.

En 2023 se ejecutaron las obras de reubicación del puente Fornillos-Barluenga en el entorno de un área cultural, situada próxima a la presa, y que está siendo muy visitada, ha informado la CHE.

Los actuales accesos por carretera a la presa se realizan, uno por la margen izquierda, desde Barluenga, por un tramo de 2.790 metros de longitud, y otro por la margen derecha, desde Fornillos, por un tramo de 2.530 metros de longitud.

Ambos tramos de carretera se concibieron para acceder a la presa de Montearagón, pero actualmente son también vía de comunicación entre las poblaciones cercanas y la ciudad de Huesca. De modo que registran un tráfico considerable.

Otro camino

Además de estas dos carreteras, hay un camino en la margen derecha que llega hasta los desagües de fondo de la presa, necesario para las operaciones de mantenimiento. Este camino tiene 1.300 metros de longitud.

Estos tres accesos llevan construidos cerca de dos décadas y nunca se han realizado operaciones para mejorar sus firmes, presentando en la actualidad procesos de deterioro que de ir a más podría incidir sobre la seguridad del tráfico de la zona, que se ha visto aumentado en los últimos años.

Por tal motivo se hace preciso actuar cuanto antes para mejorar la seguridad vial de dichos accesos, actuando en la mejora de sus firmes.

Ebro sostenible

Estos trabajos responden a los ejes de gestión de la CHE por un Ebro Sostenible, en concreto, al eje número 2, la mejora de la gestión, buscando la mayor eficiencia en los sistemas.

Los otros cuatro ejes principales son: la mejora del conocimiento, que busca incorporar las mejores técnicas y las últimas investigaciones en la gestión de la demarcación hidrográfica del Ebro y facilitar su difusión a toda la ciudadanía; alcanzar el buen estado de las masas de agua; la renovación de la visión de la dinámica fluvial, que persigue mirar a nuestros ríos con una visión renovada que permita favorecer su recuperación ambiental; y la garantía del suministro a los usos esenciales.