El presidente del Port de Tarragona, Saül Garreta, ha alertado de que una hipotética retirada de la inversión de 1.100 millones de euros de Repsol en Tarragona a consecuencia del impuesto a las eléctricas afectaría «del todo» a la infraestructura portuaria.
En una entrevista de Europa Press, ha explicado que el 50% del volumen de toneladas que mueve la infraestructura depende de los hidrocarburos, y que el impuesto a las eléctricas no está bien pensado.
«Lo que debemos hacer es acompañar a las compañías para que estas inversiones se puedan asumir, y la administración pública debe ser exigente pero no ahogar», ha dicho.
Para Garreta, el impuesto no debería calcularse sobre la facturación, sino sobre los beneficios, y considera que hay que poner a «los mejores profesionales al frente de las negociaciones públicas».
«Y que garanticen el interés público; pero que las cosas pasen, no detengamos la economía», ha dicho, y ha defendido el esfuerzo de Repsol por la descarbonización.
"que todo el mundo pague"
Garreta, que se define como una persona de izquierdas que defiende la igualdad de oportunidades, ha abogado por la compensación de rentas: «Que todo el mundo pague lo que toca».
A su juicio, este tipo de medidas provocan que las empresas no hagan las inversiones previstas en el territorio y perjudican a la cadena de valor, donde se encuentra el Port de Tarragona: «Y esta transformación verde y circular no se producirá».
En referencia a las consecuencias que podría tener para las empresas el impuesto decidido por la administración pública, ha advertido de que puede llegar a ser un peligro para las compañías: «Hay que ser muy cuidadoso».
Por eso, ha pedido a la administración que tenga en cuenta la diferencia que para una empresa supone «tener beneficios o tener pérdidas».
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