Un jurado popular de la Audiencia Provincial de Madrid ha declarado culpable al acusado de matar en abril de 2023 a su pareja en un piso de Puente de Vallecas en el transcurso de un ritual, con la concurrencia de una eximente incompleta por alteración psíquica y la agravante de ensañamiento por las múltiples lesiones infringidas a la víctima.
El juicio por el brutal asesinato de Pedro L. G. cometido el 2 de abril del año pasado quedó la semana pasada visto para sentencia. El abogado de la familia reprochó al procesado en su interrogatorio que no tuviera «palabras bonitas» hacia el que fuera su pareja, a quién clavó un destornillador en el ojo.
En una lectura pública, el tribunal de jurado leyó el pasado martes en presencia del procesado el veredicto alcanzado y en el que aprecia una eximente incompleta por alteración psicológica y la concurrencia de la circunstancia agravante de ensañamiento, lo que llevaría a una condena por un delito de asesinato.
El letrado Alberto Ruiz de Alegría García solicitará la nulidad del juicio al considerar que el jurado no ha valorado un informe forense que determinaba que el procesado tenía las facultades cognitivas y volitivas completamente anuladas.
En las periciales, los forenses certificaron que el acusado sufrió un trastorno psicótico probablemente por el consumo de estupefacientes, mientras que los agentes de la Policía Nacional que acudieron al domicilio ratificaron que estaba completamente ido con un crucifijo entre sus manos que hizo con palos y una imagen de Jesús.
Pérdida de conciencia
En su declaración, Gustavo narró que en el momento de los hechos perdió la conciencia y no recordaba nada de lo sucedido, señalando que nunca le había agredido antes ni había deseado su muerte.
En su declaración, el agresor relató que mantuvo una relación sentimental con el fallecido entre 2019 y 2021. En el momento de los hechos, abril de 2023, ya no eran pareja aunque residían bajo el mismo pecho. En aquella época, consumía metanfetamina fumada y algo de ketamina.
El acusado, que se intentó suicidar hace dos meses, negó que le gustara el esoterismo y la magia, algo que, según dijo, sí le atraía a la víctima y a su familia. En la escena del crimen, la Policía halló sal esparcida por el suelo y un libro de rituales.
La noche del 1 al 2 de abril cosumió metanfetamina y se encontraba en la vivienda. Su expareja había salido y llegó sobre las seis de la mañana al piso. «Yo estaba en la cocina y encontré un libro de rituales detrás de un cuadro y me enfado. Discutí con él como tantas veces y me pidió que no me fuera de casa», detalló.
En un momento determinado de la noche y tras tomar un café, empezó a sentirse mal y no sentía las manos. «Perdí la conciencia y ya no recuerdo nada», relató sin recordar haberle agredido. «Nunca deseé su muerte», manifestó.
La conciencia la recobra días después cuando estuvo ingresado en una unidad psiquiátrica de un hospital madrileño, teniendo conocimiento de los hechos ya en la cárcel de Soto del Real.
Hasta 100 lesiones
Los peritos detallaron que en total le ocasionó hasta 71 lesiones, 14 lesiones contusas, 3 incisas, 30 lesiones punzantes, 22 lesiones inciso punzantes y 2 lesiones de otro tipo, «lo que le supuso un sufrimiento innecesario». Solo había tres lesiones de defensa, lo que refuerza la calificación jurídica de un delito de asesinato y no homicidio.
El fiscal mantiene que el crimen se cometió en el transcurso de un trastorno psicótico por la ingesta de drogas. El procesado, con evidentes síntomas de estar bajo los efectos de las drogas, fue detenido en el mismo piso por un delito de homicidio en el ámbito de violencia de género y trasladado a la comisaría de Tetuán.
En su escrito, el fiscal solicita catorce años de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de parentesco y una eximente incompleta por alteración psíquica. La defena solicita una eximente completa que le eximiría de responsabilidad penal.
El crimen se cometió después de haber ingerido el procesado sustancias tóxicas en un piso de Puente de Vallecas y en el transcurso de un posible rito esotérico. Esa misma mañana y antes del crimen, el acusado grabó y difundió en redes sociales un vídeo en el que mostraba un cuadro con la imagen de Jesucristo y decía «lo siento mucho».
Hechos juzgados
El escrito del fiscal señala que sobre las siete de la mañana del 2 de abril de 2023, el acusado mantuvo una discusión con su pareja sentimental en el domicilio donde residían ambos ubicado en Madrid, en el transcurso de la cual le asestó en diversas partes de la cabeza y el cuerpo, varios golpes y puñaladas.
A consecuencia de la agresión la víctima falleció ese mismo día, presentando múltiples heridas por arma blanca, con hemorragia de focos múltiples tanto externa como interna, conduciendo a una severa pérdida de volumen sanguíneo y fracaso de la función vital circulatorita como causa inmediata de la muerte.
El acusado en el momento de los hechos, presentaba trastorno psicótico no filiado y probable psicosis inducida por tóxicos, lo que determinaba que sus facultades cognitivas y volitivas se encontraran muy notablemente menoscabadas. G. D. O está privado de libertad por esta causa desde el día 2 de abril de 2023.
La Fiscalía pide, además, que en caso de que se dicte sentencia condenatoria y se acuerde la sustitución de la pena privativa de libertad por expulsión, se proceda al cumplimiento inmediato de la pena privativa de libertad en un establecimiento penitenciario en tanto se ejecutan los trámites de la expulsión, que deberá hacerse efectiva en el plazo más breve posible y, en todo caso, dentro de los treinta días siguientes.
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