Dos personas salen de comprar en el Alcampo del centro comercial Bonaire, el primer día que han abierto algunas de las tiendas, a 13 de diciembre de 2024, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). Algunos de los comercios ubicados en el centro comercial | Eduardo Manzana - Europa Press

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El centro comercial Bonaire, en Aldaia (Valencia), ha dado este viernes un paso más para recuperar su actividad comercial tras la catástrofe de la dana con la reapertura de los tres primeros establecimientos en su zona exterior. Entre reencuentros de compañeros, han levantado las persianas «ilusionados» y aún con el recuerdo de lo «muchísimo» que ha costado retirar el barro para seguir adelante.

En concreto, han abierto sus puertas Norauto, Alcampo y Foster's Hollywood, han explicado fuentes del centro comercial a Europa Press. Sobre las 10 horas, han regresado los clientes al centro comercial, por primera vez desde el día de la devastadora dana del 29 de octubre, aunque con poca afluencia ya que solo están operativos tres locales.

A partir de este viernes y «en las próximas semanas» pueden abrir los comercios del parque comercial, esto es, los establecimientos independientes ubicados en la zona del parking exterior. Cada empresa decidirá la fecha en la que retomar la actividad, por lo que desde Bonaire aún no han confirmado qué negocios serán los siguientes y cuáles abrirán a tiempo para la campaña navideña. Se espera que, conforme más locales regresen a la actividad, vaya aumentado la afluencia de público.

Para volver a la zona interior del centro comercial habrá que esperar hasta el mes de febrero, después de los trabajos de limpieza y restauración que continúan desarrollándose. Algunos comercios aprovechan además la necesaria labor de acondicionamiento para actualizar los locales con las últimas novedades de sus marcas.

"muchas ganas" y una reforma para volver a los fogones

El gerente de Foster's Hollywood, Jorge Quintanilla, ha explicado que desde este local afrontan «con muchas ganas» la reapertura, aunque ha matizado que es un regreso «difícil porque la mayoría de tiendas todavía siguen cerradas», y el establecimiento se apoya en los clientes que suelen acudir a hacer sus compras. Así, ha deseado que «poco a poco vayan cogiendo ánimo y que sigan adelante, que esto viene con futuro».

Para el restaurante, este viernes es un «día de adaptación» y no esperan que sea «especialmente» concurrido, aunque a partir de la tarde confían en que las personas que salgan de sus trabajos o clases empiecen a llegar. «No va a ser el fin de semana que todos conocemos, de que no hay sitio para aparcar y que te pegas 10 minutos dando vueltas, pero por lo menos, oye, pues que sepan que estamos abiertos, que estamos aquí y que se dejen caer, por lo menos, para visitarnos», ha agregado.

El gerente ha relatado que el restaurante se ha reformado a «una velocidad increíble» en mes y medio, después del 29 de octubre, cuando «entró el agua, llegó hasta las rodillas» y dejó daños desde las cámaras hasta el mobiliario.

Aquella noche, «llegué y a los 20 minutos ya tenía el agua por los tobillos». Con 14 compañeros, pasaron la noche en un almacén el la parte superior del local. «Veíamos flotar todo tipo de cosas», «dándonos ánimos, intentando contactar con la familia para que estuviesen todos bien», y la empresa llamó a Quintanilla para transmitir «ese ánimo también para todos».

«A los pocos días ya», empezaron las tareas de reacondicionamiento, llegaron albañiles, carpinteros, fontaneros, electricistas«. Ahora, »entras por la puerta del restaurante y dices 'me lo han puesto nuevo'. Va a ser un disfrute, la verdad", ha agregado el gerente.

En estas fechas próximas a la Navidad, los restaurantes estarían «a tope, dando servicios largos para toda la gente que viene aquí al Centro Comercial y que puedan pasar días bonitos y días felices». «Hoy no se va a poder, pero bueno, con nuestra apertura queremos transmitir que vamos a estar todavía aquí y que animamos a la gente a que venga», ha concluido.

Dejar atrás un "escenario fantasma"

Por su parte, el jefe de taller de Norauto Aldaia, Ramón Martínez, ha manifestado: «Teníamos muchísimas ganas de que volviéramos a abrir y de retomar la normalidad de alguna forma». Se ha mostrado «sorprendido» de la cantidad de clientela que sí ha vuelto a este establecimiento, donde han llegado desde personas con cita previa hasta cliente que entra de a pie.

«La verdad es que estamos ilusionados, sería la palabra después de esto», ha añadido Martínez, que recuerda los días posteriores a la dana como un «escenario fantasma» y ha señalado que «ha costado muchísimo» retirar el lodo de los accesos y los locales.

En Norauto también pasaron la noche en el establecimiento. Clientes del parking se refugiaron en un altillo del local hasta cerca de las 04.30 horas de la madrugada. Martínez también recuerda ver los «saqueos» en tiendas aledañas.

Asimismo, el personal de este Norauto se distribuyó a otros centros de trabajo y hoy se han reencontrado. La empresa y el «músculo humano» de la «solidaridad» de sus compañeros de otras instalaciones han ayudado en la limpieza para conseguir dejar el establecimiento «prácticamente como si no hubiese pasado nada».

Martínez ha animado a que «de alguna manera el resto de empresas que tenemos alrededor empiecen a reabrir y que vuelva a la normalidad» el centro comercial.

"para nosotros es una vía de escape"

Por su parte, una de las clientas que se han acercado a Norauto y a Alcampo, procedente de Aldaia, ha señalado que tenía ganas de «venir también a apoyar porque han perdido muchísimo». «Para nosotros es una vía de escape» poder salir de su municipio, donde «se respira tristeza» y los daños todavía siguen bien visibles en las calles. «En el pueblo sales y están los coches, las motos, los garajes, y la gente mal», ha lamentado.

No obstante, esta vecina ha señalado las dificultades de los vecinos de Aldaia para llegar a Bonaire o desplazarse para cualquier asunto, incluidas «urgencias», ya que la mayoría ha perdido sus vehículos. Ella ha tenido la suerte de que su coche no estuviese en aquel momento en la localidad. En Aldaia «no se ha librado ni una planta baja, ni un solo comercio, ni un solo garaje, absolutamente nada», ha lamentado.