El cantaor Antonio Fernández Díaz 'Fosforito' ha recibido este viernes el reconocimiento a su trayectoria artística con la entrega de la Medalla de la Ciudad de Málaga y el nombramiento de Hijo Adoptivo; un acto en el que el artista ha dicho que «un galardón de tanta excelencia, de tanto rango, no estaba en mis sueños». «Señores, esto es muy gordo», ha apostillado visiblemente emocionado.
Esta concesión fue aprobada por unanimidad en el pleno ordinario de octubre de 2024 y antes, la comisión de pleno de Sostenibilidad dio también el visto bueno por unanimidad a la propuesta presentada por la concejala de Servicios Operativo, Playas y Fiestas, Teresa Porras, a petición de la Peña Juan Breva, que contó con más de un centenar de adhesiones.
«Me siento como cuando entras en el círculo mágico del flamenco y empieza el rito del cante, que ya en el temple notas los latidos de tu corazón que se desboca y sientes con qué fuerza fluye la sangre empujándote el alma a la garganta», ha dicho Fosforito, quien ha proclamado su «profundo agradecimiento» por «toda esta gloria que me estáis dando». «Por Dios que nunca imaginé que este viejo cantaor, con la montaña de años en los que vivo, iba a tener el privilegio de ser adoptado por una madre tan hermosa. Málaga te amo», ha expresado.
Así, ha destacado su amor por «esta bendita tierra» en la que reside; «una Málaga tan viva, única, abierta a la cultura, la Málaga de los museos, de los poetas, de Picasso, de María Zambrano, la cuna de tantos personajes ilustres». «En Málaga recobré la esperanza», ha asegurado, tras vivir «el horror» de la guerra, y aprendió «a caminar con firmeza» y a desarrollar su pasión por el cante.
Por supuesto, ha exaltado «las esencias hondas de estas joyas sonoras y estéticas del flamenco». «Porque la cálida música del buen flamenco es sabia y curativa, medicina del alma que serena nuestro espíritu, nos hace sentir, nos humaniza», ha aseverado, recordando que tras llevar por todo el mundo este arte, volvió a Málaga.
Los aplausos más emotivos han sido cuando ha expresado su amor a su mujer, María Isabel Barrientos, su «alma gemela», a la que conoció en Málaga: «Antes de que tu nacieras ya te estaba yo queriendo». «Han pasado 63 años y aún seguimos más juntos que una lágrima, todavía mantenemos el cálido recuerdo del amor que encendimos la primavera del 62». También ha tenido palabras para sus hijos, nietos y bisnietos; así como para todos los que han impulsado esta medalla.
Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha asegurado que es «uno de los grandes» y ha incidido en esa V Llave de Oro del Cante, subrayando que es «la enciclopedia perfecta del flamenco». «Cuando en próximos años se estudie el flamenco del siglo XX y principio del XXI, tu figura está ahí, esencial; y todo el trabajo que has hecho, los discos, el libro que sé que se prepara...», ha incidido.
De la Torre ha indicado que con este acto «queremos reconocer no solo tu aportación al flamenco en España, ese arte tan nuestro y tan universal» sino también «tu amor a Málaga, tu amor a Isabel, tus raíces con Málaga, tu declaración de elegir Málaga para abrirte camino a la vida». «Gracias por tu trabajo, por tu esfuerzo, por tu calidad artística», ha dicho.
«Hoy tratamos de honrarte a ti, pero quiero dejar claro que la ciudad de Málaga hoy hace justicia, con retraso, pero a tiempo, contigo con esta medalla y con el título de hijo adoptivo», ha expresado el regidor.
Teresa Porras ha enumerado otras distinciones y se ha parado en esta medalla de la ciudad que «hoy se rinde en elogios ante un genio del flamenco» con una «voz única», señalando que hasta Camarón de la Isla expresó su admiración por él.
Así, ha subrayado su «bondad y sencillez»; su «labor y entrega» y su «dedicación a la preservación de nuestra identidad cultural del flamenco», apuntando que este acto es también homenaje a la riqueza de este arte y «un recordatorio de que debemos seguir apoyando, apostando y fomentando nuestra herencia cultural».
La portavoz municipal del Grupo Popular, Elisa Pérez de Siles, ha relatado algunas anécdotas de Fosforito, del que ha dicho es «un maestro del arte, del flamenco y un maestro de vida»; una persona que «es más que un cantaor y que ha demostrado con creces su amor continuo y eterno al flamenco». Además de su importancia como artista, ha destacado su faceta más humana, personal y familiar en Málaga.
«Aunque el flamenco, como siempre dices, trasciende a todos, y es eterno, tú también lo eres. Es un orgullo para Málaga, con la que tienes una estrecha relación y donde vives desde hace tantos años, tenerte como Hijo Adoptivo y que recibas la Medalla de Oro de nuestra ciudad», ha subrayado.
Por su parte, el portavoz socialista, Daniel Pérez, ha asegurado que es «una leyenda viva, un pilar sobre el que se ha sostenido y renovado el cante en la segunda mitad del siglo XX; maestro de maestros» y ha apuntado que su relación con Málaga «va más allá de lo artístico», porque la ciudad «le abrió sus puertas» y con esta medalla «Málaga salda una deuda de honor con quien tanto ha hecho por nuestra arte y por nuestra cultura».
El portavoz de Vox, Antonio Alcázar, ha reseñado su «calidad» personal y artística y cómo ha ido «engrandecido su profesionalidad y su carrera artística», agradeciendo «el arte que nos ha regalado, el legado que nos deja y el ejemplo de lucha y de crecimiento».
Por último, el portavoz de Con Málaga, Nicolás Sguiglia, ha dicho que el flamenco «no hubiera sido lo que es sin las aportaciones de gitanos, payos, árabes andaluces, judíos, negros y otras mezclas sociales y culturales, incluso de América Latina», por lo que ha destacado que «nos da también una lección de vida y de humanidad, hoy más valiosa que nunca», abogando por entender que «de ese abrazo entre pueblos y sus diferencias puede surgir lo que nos salve».
«Admirado Fosforito, gracias por su magnífica trayectoria, gracias por haber brindado alegrías a la gente corriente, por permitir que se abran los palacios y se llenen de pueblo, por encarnar y representar ese noble arte popular del flamenco», ha expresado.
Cantaor universal
Antonio Fernández Díaz 'Fosforito' nace en Puente Genil (Córdoba), el día 3 de agosto de 1932. De ascendencia cantaora, pues su abuelo materno conocido como por 'Juanillo el Cantaor', ya practicaba este arte con su hermano 'El Niño del Genil'.
Cuando apenas tenía diez años empieza a cantar por tabernas y colmados y a recorrer las ferias de ganado de pueblos de Sevilla y de la Serranía de Málaga. Alternando teatros y tablaos, 'Fosforito' asciende lentamente la difícil escala del mundo del arte flamenco.
A los 14 años se viene a Málaga y reside en calle Santa María, en el centro histórico. Con el tiempo se organiza una tertulia en el Café Central alrededor de 'Fosforito', en la que participan cantaores antiguos malagueños como Adolfo el Cuchillero, Diego el Perote, Agustín el Gitano, Tiriri de Málaga, Chiquito de la Calzá, etcétera.
Desde que vive en Málaga, 'Fosforito' participa en numerosas actividades de varios colectivos, también de la Peña Juan Breva, con sus conferencias y charlas sobre flamenco y, además, como presidente de honor.
Fue en 1956, en el Concurso de Cante Jondo de Córdoba, cuando «hace del cante una especie de milagro y de ese milagro nace un nombre para la nómina antológica del flamenco: Antonio Fernández Díaz 'Fosforito'», multiplicando sus actuaciones por Andalucía, España y posteriormente en países como Turquía, Egipto, Siria, Grecia o Japón, entre otros.
Artista, estudioso, conferenciante, y preocupado por la pureza, por las raíces del cante y los fundamentos sonoros, ha desplegado una inmensa labor de investigación y su labor se ha visto repetidamente galardonada con los principales premios de su especialidad. Además, en la poesía posee la sensibilidad andaluza.
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