«El arte es un reflejo de la situación moral e intelectual de un tiempo», asegura Panza. (FOTO: JOAN TORRES).

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Giuseppe Panza es uno de los principales coleccionistas de arte del mundo. Durante más de 40 años, este hombre, apasionado por los nuevos lenguajes artísticos, ha ido adquiriendo una importante colección de obras de arte y en total hoy ya acumula más de 2.500 piezas: arte informal, expresionismo abstracto, neo-dadá, arte pop, conceptual y, sobre todo, arte minimal, que Panza define como «la búsqueda de los valores esenciales».

En 1997 pudimos ver una importante muestra de su colección en una exposición que tuvo sa Llonja como escenario. Aunque no tiene ningún proyecto de exponer en Mallorca, prepara para el año 2000 una muestra en el Guggenheim. Este coleccionista ha cedido obras de su propiedad a museos como el MOCA de Los Angeles, el Guggenheim de Nueva York, el Museo Cantonal de Lugano y la Fundación para el Ambiente Italiano de Varese.

Giuseppe Panza estuvo esta semana en Mallorca para asistir a la inauguración de la exposición de su gran amigo Franco Monti, que expone sus esculturas en el Parc de la Mar.

El criterio que sigue este entendido a la hora de adquirir obras de arte lo define con estas palabras: 'Es un trabajo muy personal que realizo en colaboración con mi esposa. Siempre hemos buscado artistas no conocidos, valores jóvenes que con su trabajo hacen evolucionar el arte en el tiempo. Después, muchos de ellos se han convertido en famosos. La búsqueda de nuevos valores es lo más importante para crear una buena colección. Después existe el criterio personal, que está estrechamente relacionado con la personalidad del coleccionista y la expresión de su interés cultural'.

Para Giuseppe Panza es difícil hacer un juicio claro sobre el arte de hoy. 'La mayoría de artistas que tienen nombre no son los mejores, los artistas buenos no son conocidos, porque son los que hacen cosas que no resultan populares. Además, con los artistas nuevos no hay especulación, la especulación del mercado viene después, cuando se convierten en famosos. El especulador nunca podrá ser un buen coleccionista', afirma tajante.