El artista Miquel Barceló, pintando en su estudio de París, en una fotografía tomada por el fotógrafo francés Jean Marie del Moral.

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ANDREU GOMILA La editorial catalana Columna tiene a punto la publicación de un libro en el que la menorquina Antònia Coll Florit, profesora de Arts Plàstiques de la Universitat de Barcelona, analiza las consecuencias de la insularidad en la obra del pintor mallorquín Miquel Barceló. El libro, que lleva por título «Miquel Barceló. Creació i insularitat», será editado con una ayuda del Consell de Mallorca que ha firmado un convenio con la editorial Columna por la compra de 300 ejemplares, a lo que ha destinado un total de 630.000 pesetas. En palabras de Damià Pons, presidente de la Comissió de Cultura i Patrimoni Històric del Consell de Mallorca, se trata de «colaborar en la difusión de este artista mallorquín de relevancia internacional».

BARCELONA

El libro recoge, revisada, la tesis doctoral que Antònia Coll leyó en julio de 1997 en la Universitat de Barcelona y que le valió la calificación de cum laude. La tesis original constaba de dos partes. En la primera, a modo de ensayo, se analizaba el proceso creador de Barceló de 1974 a 1994. En la segunda, se realizaba un estudio pormenorizado de cada una de las obras. El libro que prepara ahora columna sólo recogerá la primera parte, aunque no se descarta que se publique el resto.

La autora ha dividido la obra en tres capítulos, correspondiendo cada uno de ellos a las etapas vitales que ha experimentado el pintor de Felanitx. Así, comienza en Mallorca, con el hecho insular como referente constante, para luego recorrer las diferentes ciudades donde ha residido el artista "Barcelona, París y Nueva York" y terminar en el desierto de Mali «que permitió a Barceló encontrar otra isla», afirma Coll. La autora de la obra ve la estructura vital del artista como «un círculo que, al final, le hace reencontrarse, cuando Barceló se halla en Mali con su infancia en Mallorca, ya que vuelve a tener una relación más directa con la naturaleza, huyendo de la presión mediática que sufría. Los tres territorios "isla, metrópoli y desierto" le han acabado marcando, mezclándose insularidad y universalidad».