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El complicado y enorme edificio de la Misericòrdia, que con el tiempo se convertirá en un espacio polivalente de servicios multiculturales, ya se encuentra en la primera fase de obras. Por el momento, los albañiles trabajan en el llamado patio de hombres y en las diversas fachadas de la construcción, el denominado Cas Capellà, así como en las fachadas que dan a la cuesta de la Sang, al Hospital General y en la techumbre, además de la fachada principal. Si se cumplen las previsiones, los 10.000 metros cuadrados que ocupa le convertirán, una vez remodelado, en el edificio público mayor de la Isla. El anteproyecto de rehabilitación ha sido elaborado por los arquitectos del Consell Insular, propietario del inmueble, bajo la dirección de Xavier Mulet.

Levantada en el siglo pasado bajo una filosofía neoclásica, esta compleja construcción, que fue antiguo asilo, está dominada por la horizontalidad en su estructura arquitectónica, concepción que ahora se romperá con la construcción interior de núcleos de comunicación vertical.

La Misericòrdia, que se construyó en diferentes etapas y con distintos niveles, se articula en torno a dos patios, llamados el de hombres y el de mujeres, situados al mismo nivel, nombre que proviene de su antiguo uso como asilo. Los dos cuerpos del edificio, que se articulan en torno a dichos patios, están separados por una construcción que, hasta ahora, impedía su comunicación lo que, en el anteproyecto, se modificará para conectarlos espacial y visualmente mediante el tratamiento en transparencia de esta zona que, a la altura de la cuarta planta, se convertirá en la nueva Biblioteca Lluís Alemany.

En esta primera fase de obras se trabaja en la zona denominada Cas Capellà, cuya fachada da a la plaza del Hospital General, donde la intención es ubicar una veintena de locales que serían ocupados por el Casal de Entidades Ciudadanas.