El 13 de agosto de 1899 nacía Alfred J. Hitchcock, el cineasta cuya
obra sigue manteniendo en vilo a todos sus seguidores. Cuando se
cumplen cien años de su nacimiento, el mundo entero rinde homenaje
al que, indiscutiblemente, ha sido el maestro del suspense.
Alfred Hitchcock fue el pequeño de una familia de clase media en
el Este de Inglaterra. Recibió una severa formación en un colegio
de Jesuitas, aunque lo que realmente le marcó fue la rigidez de su
padre, cuyo máximo objetivo era transmitir a su hijo la estricta
educación victoriana de la época. Una de las escenas de su infancia
que pueden explicar su primer contacto con el terror fue cuando, a
los ocho años, su padre le mandó con una carta a la comisaría de
policía del barrio. El agente, después de leer el escrito le
encerró durante cinco minutos en una celda oscura. Después de
aquéllo, el director no perdió el miedo a los agentes de seguridad,
aspecto que también reflejó en diversas películas. De hecho, su
mujer, Alma Reville, en más de una ocasión comentó que «lo que más
teme mi marido son los policías; tanto que incluso ha dejado de
conducir para que no le pare un guardia de tráfico».
El director comenzó su carrera en el mundo del cine ilustrando
rótulos para las películas mudas en los estudios Paramount de
Londres. Desde allí aprendió las técnicas de edición y dirección,
hasta que debutó como ayudante de director. En 1929 rodó su primera
película sonora, «La muchacha de Londres», después de la cual llegó
«El hombre que sabía demasiado», que luego se rehizo en el año 59
con James Stewart.
En la siguiente etapa rodó «39 escalones» (1935) y «Sabotaje»
(1942) y en el año 40 dio el salto a Hollywood con «Rebeca», con la
que dieron comienzo unos años en los que crearía sus verdaderas
obras maestras: «La ventana indiscreta» (1954), «Vértigo» (1958),
«Psicosis» (1960) y «Los pájaros» (1963).
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