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Pedro Almodóvar, ganador del Oscar a la mejor película de habla no inglesa por «Todo sobre mi madre», llegó ayer a Madrid con la estatuilla en sus manos y afirmó que su vida «no ha cambiado absolutamente nada» y que mañana (por hoy) comenzará a trabajar, «aunque todavía no sé si en una película americana o española».

Almodóvar llegó acompañado de los miembros de su productora «El Deseo» y de algunos de los actores y actrices de la película ganadora como Marisa Paredes, Antonia San Juan, Carlos Lozano y Eloy Azorín. En unas breves declaraciones a la multitud de periodistas, cámaras y fotógrafos que le esperaban a las afueras de la sala de recogida de equipajes, el director de cine, que reiteró que se encontraba «muy cansado tras 20 horas de viaje», destacó que «fuimos a por el Oscar y hemos venido con él». Almodóvar reconoció que durante la ceremonia de entrega de los Oscar «hubo momentos muy interesantes, aunque la mitad me la perdí porque estuve haciendo ruedas de prensa y sesiones de foto», y manifestó que tuvo dudas hasta el final porque «el sistema de voto es tan secreto y había cuatro posibilidades más que las tuve presente hasta el último momento». El cineasta explicó que cuando Penélope Cruz y Antonio Banderas leyeron el nombre de las cinco nominaciones al Oscar a la mejor película de habla no inglesa «empecé a creer que era para nosotros» por la reacción del público, que aplaudió bastante la mención de «Todo sobre mi madre», mientras que el resto tuvo una acogida «bastante fría». Almodóvar indicó que lo más duro es que «llevo once años paseándome por el mundo, viajando y ahora hablando de la misma película, y aunque significa que «Todo sobre mi madre» tiene éxito, todo ello es muy agotador, y sobre todo en el día de hoy».