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Albert Agulló (Elche, 1931) inaugura hoy, en la galería de arte Jandro de Palma, una exposición en la que exhibe una treintena de obras, entre grabados y pinturas. La muestra, que permanecerá abierta al público hasta el próximo 28 de abril, está formada en su mayor parte por obra reciente, de los años 1998-1999, aunque hay dos piezas de gran formato anteriores.

Agulló, que ya ha realizado otras cuatro exposiciones en Mallorca, está en poder de una larga trayectoria artística. Fue uno de los miembros del Grup d'Elx en 1969, fundador en 1980 del Museu d'Art Contemporani d'Elx y su obra ha sido adquirida por el IVAM. Sobre su trayectoria, Agulló asegura: «En el principio, mi pintura tenía una mayor carga social, era más dura. Mi estancia en Fuenteventura me sirvió para que mi pintura se convirtiera en más poética. Desde entonces mi obra tiene una gran relación con aquella isla canaria, con su paisaje». De hecho, hay un momento en su trayectoria que su pintura no se entiende si no se conoce el paisaje de Fuenteventura.

Este artista se considera un transgresor, una actitud de rebeldía que se demuestra en sus cuadros: la obra se sale de sus bordes, tiene relieves, rompe las molduras. Esta actitud la define el propio autor como «un intento de unir la escultura con la pintura». Esta manera de concebir el arte, Agulló la ha llevado también a los grabados. «Todos los artistas hacen sus grabados planos, incluso Chillida que es un gran escultor. Yo estoy experimentando con los grabados tridimensionales».

Agulló define su obra como poética. Una de sus últimas series ha estado inspirada en poemas de Antoni Gamoneda, «uno de los mejores poetas vivos», afirma de él.