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DANIEL LUNA - LONDRES
Con la muerte de sir John Gielgud, a los 96 años de edad, la escena británica y universal pierde a uno de los mejores intérpretes de la obra de William Shakespeare, sólo comparable a otros grandes como sir Laurence Olivier o Michael Redgrave.

La familia de Gielgud anunció ayer el fallecimiento del actor después de una vida subido a los escenarios, en los que puso su talento al servicio de los clásicos del teatro shakesperiano: Hamlet, Ricardo III, el Rey Lear... y demostró que un gran papel sólo lo es de verdad si hay un gran actor como él para interpretarlo. Su nombre era el último que quedaba de la mejor generación de actores británicos de este siglo, a la que pertenecieron Laurence Olivier, Michael Redgrave, Ralph Richardson o Peggy Ashcroft.

Gielgud formó parte de este elenco de estrellas que fueron desde su juventud clásicos del teatro, después maestros de varias generaciones de actores y ahora leyendas irrepetibles en su arte.

«Era el más grande de los actores», afirmó su biógrafo, Sheridan Morley, quien subrayó que «su vida es exactamente la historia del teatro británico en el último siglo».