La disciplina musical de Miquela y la escenografía teatral de Rafel hallan un punto de encuentro en el terreno común de la poesía.

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RAPHEL FERRER Los hermanos Lladó hilvanan textos líricos de conocidos autores a través de «Poemes en Escena», argumento de creación propia que narra las vivencias de una urbanita en los escenarios de su cotidianeidad. El espectáculo, que ya es demandado para el próximo verano desde numerosos municipios de la isla, comienza en una escena callejera, continúa en una cafetería -donde la cantante entabla un divertido diálogo con un camarero imaginario- para centrarse después en la cocina y el dormitorio de su domicilio, todo ello con efectos especiales y sonoros pulcramente diseñados y ensamblados por Rafel Lladó.

El trabajo de Miquela, voz del grupo Música Nostra y de Rafel Lladó, ex director técnico del Teatre Lliure de Barcelona, siempre les había llevado por caminos paralelos. Para ella compartir escena era una asignatura pendiente, «una experiencia esperada desde hacía mucho. Hace años, en Barcelona, acudí un año a la escuela Adrià Gual y aprendí teatro con Maria Aurèlia Campmany, Jaume Vidal Alcover y Joan Montanyès; pero al final me decanté por la música».

A pesar de todo, Miquela nunca ha descartado la utilización de su talento de actriz: «He decidido participar en lo posible, en espectáculos que no exijan una dedicación tan absoluta, porque montar una obra implica muchas horas de ensayo y otras servitudes; mi vida ha ido por otros derroteros profesionales y artísticos». Rafel Lladó considera que leer prosa no requiere la misma actitud que la poesía, pues «los textos poéticos propician que algunas composiciones salten del libro para instalarse en un estadio determinado de tu conciencia. Y piensas, sin saber por qué, que con todo ello convenientemente ordenado puedes construir una historia». En «Poemes en Escena» aparecen pensamientos y diálogos inventados por la propia actriz: pinceladas de sentimientos íntimos y de actitudes llenas de sentido del humor, que despiertan la hilaridad del público. Miquela y su hermano Rafel coinciden en que hoy en día el espectador adopta una actitud muy distinta a la de tiempos pasados en cuanto a la recepción del hecho poético.