Quienes conocieron a Gassman valoran por igual su talla profesional y su talla humana.

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Vittorio Gassman, uno de los mitos de la época de oro del cine italiano, falleció a los 77 años en su domicilio de Roma de un ataque cardíaco, anunciaron ayer sus familiares. Actor, autor teatral y director, Gassman había nacido en Génova, el 1 de septiembre de 1922 y saltó a la fama por sus interpretaciones en películas de gran éxito como «Rufufu» («I soliti ignoti») e «Il sorpasso» (La escapada).

Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1997 en reconocimiento a «la fuerza de su talento creador» y por considerarle el jurado «todo un modelo interpretativo», el actor fue recordado ayer por la Fundación Príncipe de Asturias «uno de los grandes actores de este siglo». Para el director Pedro Almodóvar, «Gassman era era un actor inmenso y un hombre también del mismo tamaño». Claudia Cardinale dijo de Gassman que «parecía inmortal», recordando a «Vittorio, el hombre-teatro de Italia, un artista extraordinario». Por su parte, Monica Vitti, que fue alumna de Gassman en su escuela de teatro, afirmó que el actor «era un hombre diferente de los demás, alguien extraordinario, cultivado, lleno de humanidad».

La capilla ardiente con los restos del Gassman será instalada esta mañana en el ayuntamiento de Roma, por deseo de la familia, y se abrirá al público a partir de las diez y media. Enamorado de Eivissa, isla que visitó invitado por su buen amigo, el pintor Mario Arlatti, Gassman demostró su talla como actor en el escenario del Auditòrium de Palma de Mallorca en julio de 1982, clausurando el IV Festival de Teatre de la ciudad con un extraordinario monólogo que fue despedido con una larga ovación.