José María Sanz, «Loquillo», estuvo ayer en Palma para presentar su
nuevo "y excelente" disco, de nuevo con Los Trogloditas, «Cuero
español». Nueve cortes con dos partes bien diferenciadas. «Sí. Hay
dos discos. La primera parte es una mirada hacia atrás. No hay
futuro sin reconciliación con el pasado».
En la segunda parte hay cinco temas, compuestos todos ellos por
un tándem que funciona muy bien: Loquillo y Gabriel Sopeña. «Le doy
a Gabriel ideas, letras "muy maduradas", sobre lo que quiero, y él
trabaja sobre las mismas. A menudo lo primero que tengo de una
canción es el título». Loquillo afirma que para componer hay que
haber vivido. «No se puede crear viendo la vida desde la ventana de
tu casa, o escuchando lo que te cuentan o leyendo». «Es un disco
que parte del hecho de que tenemos una historia. Hace veinticinco
años no había un pasado, una cultura de rock'n'roll en España. Pero
ahora tenemos una generación que ha crecido con el rock. Los grupos
de rock también somos partícipes de que podamos vivir en un país
mucho más libre que antes», señala Loquillo.
Sobre la famosa «movida madrileña» de los años ochenta, afirma
que «fue pequeñoburguesa. Había gente auténtica, claro, que son los
que al final han quedado», y añade: «En aquella época en lo único
que pensaba yo era en ligar con las chicas más guapas y en
pasármelo lo mejor posible». Destaca sólo a Parálisis Permanente, y
a Burning y Ramoncín "que no eran de la «movida»". Loquillo sigue
siendo un hombre de izquierdas, crítico con lo que no le gusta, que
reivindica un país más tolerante y abierto, y una Catalunya en
donde no se discrimine a nadie, venga de donde venga, o hable la
lengua que hable.
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