Los restos hallados en un pozo del siglo XII, donde el Patronato
Municipal de la Vivienda construye el Centre Estel, permitirán
determinar cómo era la vida doméstica en dicha época.
El control arqueológico habitual sacó a la luz varios pozos
ciegos o escombreras de distintas épocas. Aunque se ha comenzado a
estudiar el contenido del que corresponde al siglo XII hay otros
que se datan hasta el XIX. La directora de las excavaciones fue
María Llinás.
Mediante un convenio con el INEM, un grupo de arqueólogos
trabaja en el Servicio de Arqueología del Ayuntamiento limpiando
las piezas, algunas diminutas, y reconstruyendo utensilios de
vajilla doméstica. En ellos se han encontrado objetos de barro, de
piedra, material cerámico, vidrio y hasta huesos de los animales
que con los que se alimentaban entonces.
En pozo del siglo XII antes aludido es especialmente importante
porque «ha dado restos de cerámica de algunos tipos desconocidos»,
comenta Magdalena Riera, arqueóloga municipal. Una vez
reconstruidas las piezas, «podemos deducir las costumbres
domésticas, de tal manera que conviven piezas importadas y otras
hechas en la misma casa. Esto quiere decir que las costumbres
culinarias arraigadas en la población árabe y bereber necesitan
para piezas específicas para cada plato».
«El menaje doméstico que suponemos hecho en la casa tiene la
huella del soporte sobre el que se elaboraba, lo que nos da las
marcas dejadas por tejidos y esteras. A falta de restos de textiles
eso nos permite el conocimiento de las telas que se usaban», añade
Riera.
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