El pintor uruguayo Alceu Ribeiro, residente en la Isla desde 1979,
regresa a la Sala Dalmau de Barcelona con una colección de sus
cuadros constructivistas, los que le convirtieron en uno de los más
aventajados seguidores de la escuela fundada por su paisano y
maestro Torres García. «Maderas» es el título de esta muestra que
se exhibirá en la sala barcelonesa hasta el próximo 30 de
diciembre. La crítica catalana ha recibido con satisfacción esta
exposición con la que el pintor vuelve a una galería en la que ya
presentó su obra en varias ocasiones.
La treintena de piezas, hechas en los últimos diez años,
construyen formas en naturalezas muertas, superponiendo planos de
madera en la más fiel tradición constructiva. Como escribe Xavier
Barral i Allet en el texto del catálogo, «Ribeiro es uno de
aquellos que siempre han creído que el constructivismo nos pone en
contacto con la verdadera pintura».
«Las maderas de Ribeiro son maderas sencillas, cogidas y
talladas para jugar con las formas. Son maderas encontradas,
espontáneas, que la naturaleza ha preparado para el artista, porque
hace paisajes imaginarios con formas geométricas. Los colores
juegan con los fondos y con la forma. En las geometrías aparece de
golpe un barco, una botella, un recipiente, frutas. Todo resiste en
una perfecta simbiosis entre fondo y forma; el color, por un lado,
fija la forma definida mientras que, por el otro, se disocia sin
necesidad de trazar una línea porque la botella, el plato, una cosa
o el cuerpo humano existen».
Desde que en 1939 entrara en el estudio de Torres García, hasta
esta ultima muestra, el largo curriculum de Ribeiro demuestra cómo
la fidelidad a una forma de concebir la pintura ha tenido vigencia
desde que, en 1946, en París, hiciera su primera exposición
internacional.
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