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«Me esperaba el triunfo de Russell Crowe», confesó Bardem en referencia a la victoria de su compañero de candidatura como mejor actor y al que calificó como un buen intérprete. En tono distendido y con una cerveza en la mano, Javier Bardem explicó que se lo había pasado muy bien en la ceremonia y que le había gustado mucho que los premios estuviesen tan repartidos. Bardem agradeció el detalle que tuvo la actriz Winona Ryder cuando, fuera de protocolo y de una forma espontánea, alabó la película «Antes que anochezca» y su interpretación en ella.

«Le he agradecido el detalle, ha sido muy bonito, me dijo que le había gustado mucho la película», confesó mientras disfrutaba de su paso por la fiesta organizada en honor del filme mexicano «Amores Perros», que tampoco pudo materializar su candidatura al Oscar como mejor filme en lengua no inglesa. Al igual que a la ceremonia, Bardem llegó a la fiesta acompañado por toda su familia, entre ellos su madre Pilar y su hermano Carlos. Sin embargo el actor entró al acto celebrado en un local de la céntrica calle Wilshire de Los Angeles por la puerta trasera, acompañado del actor y amigo Sean Penn, mientras que el resto de la familia entró por la puerta delantera. Preguntado si estaba decepcionado por haber perdido el Oscar al mejor actor, el intérprete español dijo: «¿Por qué? ¿Por haber hecho una película maravillosa?». «Nunca he dejado de ser yo mismo. Ahora soy «corona-man», añadió con una cerveza en la mano y con ganas de broma, contagiado del ambiente festivo de la velada.

Por su parte, Russel Crowe señaló tras recibir su premio: «No se me pasó nada por la cabeza. Absolutamente nada. No tenía ni conexión con el mundo. Ni tan siquiera sentía las piernas», bromeó el intérprete neocelandés.

Crowe dedicó palabras de halago para el resto de los candidatos en su categoría, entre ellos el español Javier Bardem, cuyo trabajo describió como fantástico. «Hace mucho tiempo el que pensé que iba a ganar era Michael Douglas por su interpretación en «Wonder Boys», indicó el actor. Y tras las bromas adoptó un momento de seriedad para explicar el origen de la cruz que lucía en su pecho, la orden del Imperio Británico ganada por su abuelo, Stanley Wyemms, como fotógrafo en la Segunda Guerra Mundial.