Los méritos acumulados a lo largo de los años y el trabajo
realizado en el Festival de Pollença son dos de las razones por las
que se concedió a Eugen Prokop la Encomienda de la Orden de Isabel
la Católica. Ayer al mediodía, el ministro de Medio Ambiente le
entregó la condecoración en nombre del Ministerio de Asuntos
Exteriores y del departamento de Cooperación para Iberoamérica. Por
la noche, la ciudad de Pollença ofreció un homenaje al violinista
durante el cual le hizo entrega de la Medalla de Oro de la
localidad.
El hecho que coincidieran ambos actos no sentó muy bien en
Pollença, ya que llevaban meses preparando la fiesta. A pesar de
esto, la alcaldesa, Francisca Ramon, acudió al acto realizado en
Palma, en el que también estaba la delegada del Gobierno, Catalina
Cirer, e hizo entrega al violinista de un diploma.
«Han sido muchos años de trabajo dedicados al festival. Sin la
colaboración recibida por parte de las instituciones y las personas
que han participado, no se hubiera podido conseguir llegar hasta
donde hemos llegado», afirmó Prokop, quien dijo sentirse «muy
emocionado» por la distinción recibida. «Simboliza el esfuerzo de
las personas que representa», según Matas. Para el ministro, el
galardón también incluye a «toda la gente que ha trabajado en el
festival y que, a veces, no han tenido un protagonismo
concreto».
La medalla tiene por objeto premiar aquellos comportamientos
extraordinarios de carácter civil, realizados tanto por personas
españolas como extranjeras. El Gran Maestre de la Orden es el Rey
y, el Gran Canciller, el ministro de Asuntos Exteriores.
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