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«El Tenorio mallorquí o ses aventures d'en Vergueta i n'Amaga-Cantons», la parodia en siete actos del drama de José Zorrilla que compuso en 1923 el mallorquín Jordi Martí Rosselló, más conocido como es Mascle Ros, se volverá a representar en el Teatre Municipal los días 29 y 30 de octubre con la presencia de conocidos rostros de la política y la cultura de Mallorca. La obra, dirigida por Bernat Pujol con la ayuda de Rolando Gómez y Esperanza Barceló, se representa por segunda vez, después del éxito que obtuvo en 1999, cuando se interpretó por primera vez gracias a una adaptación de la obra hecha por Gabriel Janer Manila.

Algunos de los papeles estelares ya están definidos y ya cuentan con un rostro. El recién nombrado director del Conservatori Superior de Música i Dansa, Miquel Estelrich, será Vergueta, nombre que en esta versión toma don Juan Tenorio. El alcalde de Palma, Joan Fageda, será Gil Abad, nombre del alcalde en la obra; mientras que la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, dará vida a la Mare Priora, superiora de la Pietat, un papel que puede tener su gracia debido a la actual estado de embarazo en el que se encuentra la delegada. Tanto Joan Fageda como Catalina Cirer repiten intervención.

Otros papeles serán: el director general de Interior, Antoni Torres, que encarnará a Avellana, el portero del Ajuntament; el músico y miembro de Els Valldemossa Rafel Estaràs, que encarnarà a Mestre Sec, un guardia sereno de sa Raconada de Santa Margalida; el regidor del PSM en el Ajuntament de Palma, Sebastià Serra, que será uno de los serenos; y Rosa Bueno, que interpretará a la monja Tornera.

En esta ocasión se volverán a utilizar los vestidos que Pau Fornés realizó especialmente para la ocasión, unos trajes de colores estridentes, formas extrañas y que dan un toque más de humor al montaje. Esta es la segunda ocasión que se representa esta obra, que se recuperó en 1999, cuando desde Taula Rodona y el Ajuntament de Palma se propuso representar este texto. Gabriel Janer Manila hizo la adaptación, acortándola para que pudiera ser representada, pues el original dura más de tres horas. Así, eliminó partes del espectáculo que consideraba más supérfluas para conseguir una duración de algo menos de dos horas.