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Julien Meunié, pintor francés afincado en Santayí hace una veintena de años, falleció esta semana tras una larga enfermedad. La Fundación Mathias Khün acogió el pasado verano la última exposición del artista en la Isla y la anterior fue en 1999, cuando mostró su grandes telas en el Espai Ramon Llull.

Meunié, que trabajó hasta el final, dejó obra que nunca se ha mostrado donde, según comentaba ayer Susana, su viuda, exploraba una nueva línea de expresión a base de acrílicos en pequeño formato. Fruto de esta labor fueron los dos grandes murales en tela de 3m x 5m que, el año pasado, pintó en Santanyí para los nuevos edificios del puerto de Londres, el gran centro cultural Excel.

Pintor de sugerencias, poético, de tonos pasteles en los que, en ocasiones, no faltaba un golpe de color muy expresivo, en esta última etapa abandonó la figuración, "que nunca fue rotunda, sino expuesta a base de sutilezas" y la figura humana para caminar por la vía de la abstracción, utilizando el paisaje como inspiración, pero sin revelarlo. También indagaba en el collage, comentó ayer Susana, quien recordó que, desde sus inicios, Meunié se sintió atraído por la técnica de la acuarela, «que en él se había convertido en una tradición y seguía cultivando». Él mismo había comentado varias veces en este diario que le interesaban aspectos como la comunicación entre las personas, en la sociedad, y la naturaleza, los flujos energéticos, y lo reflejaba en su obra.